Servicio de Publicaciones de la Universidad de Navarra
Abstract
Teología y ciencia encuentran
en la filosofía un dominio común de
acercamiento. Lo mismo la teología
que la ciencia son racionales, que se
guían por criterios metodológicos compartidos
en cierto grado. En efecto, el
pensamiento racional presenta cierta
estructuración: un nivel se halla más
próximo a los datos empíricos (la ciencia),
otro a las cosmovisiones (tal, la filosofía
de la naturaleza). Ese nivel superior
es el que plantea las cuestiones que
interesan en teología. En particular, si
se trata de la filosofía de la biología. No
importa que la disciplina carezca de leyes
—en buena medida es una disciplina
histórica— y por tanto parezca menos
sólida que la física. Sus cuestiones
tienen que ver con el hombre. De ahí
que, desde los tratados biológicos de
Aristóteles, científicos, filósofos y teólogos
se hayan ocupado de la singularidad
de los organismos y del reto que implica
una interpretación reduccionista