Servicio de Publicaciones de la Universidad de Navarra
Abstract
El presente trabajo de investigación sobre el pensamiento de
Santo Tomás acerca de la inmaterialidad de las sustancias espirituales
se centra en la I q. 50 a. 2 de la Summa Theologiae. El
artículo escogido se ubica casi al comienzo del tratado tomista
sobre la creación y plantea en toda su crudeza la validez o no de
ese sobrenombre que Chesterton ideó para Santo Tomás, Thomas
a Creatore. En este pasaje se resume el punto central de la metafísica:
¿qué es lo que me distingue a mí radicalmente y a todos los
seres existentes, de Dios? ¿qué somos propiamente? Santo Tomás
responde: somos creaturas. Hay algo que marca profundamente al
mundo que nos rodea y al hombre, y esto es —como señala
Pieper— el ser creación, el tener la condición de ser algo creado.
Y en qué consiste tal condición? En estar compuesto. ¿Pero de
qué? De essentia y actus essendi, no necesariamente de materia y
forma. Con tal afirmación el Aquinantense derrumba en un instante
toda la tradición de ochocientos años, realimentada en plena
Edad Media por el Fons vitae de Avicebrón