Después de rastrear los principios de la artritis reumatoide tan enigmática tanto en su inicio como en su patogénesis se ve cómo poco a poco se gestaron y organizaron una serie de hechos clínicos, de laboratorio y de patología, que la historia y el tiempo se encargaron de unir para poder entender el enigma y la patogénesis de esta enfermedad. La revolución de la medicina molecular, a partir de la década de 1990, empezó a relegar la zaga del empirismo, el terreno de las hipótesis no confirmadas universalmente, para darle paso a los nuevos descubrimientos sobre inmunogenética, biología celular, citoquinas y señales intracelulares, que han permitido un conocimiento más adecuado de la patogénesis de la enfermedad, y así despertar de un letargo que generó en su despertar la terapia biológica