Abstract

En la constitución de una sociedad red, el núcleo común de su realidad actual es la transición de un tipo de sociedad industrial basada en la manufactura hacia otra sustentada en la tecnología y los conocimientos, particularmente en los relacionados con la información, la comunicación y la genómica. Las redes, entonces, aparecen articuladas a un nuevo modo de organización de la actividad humana en todos sus ámbitos, como fuente de poder y dominio, pero también como posibilidad de trascender los espacios meramente económicos y mercantiles, hacia la construcción de comunidades culturales libres y autónomas. Las redes sociales no son nuevas. Lo que aparece como una ruptura en el marco de su historia es el alcance planetario que ahora tienen y la velocidad con la que están sumando día tras día a comunidades, personas, instituciones y empresas, en una vorágine que hace del tiempo apenas una distancia

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