Editorial

Abstract

La ciencia es una empresa eminentemente colectiva. Se suele concebir el trabajo de investigadores y académicos como el producto de soliloquios y disquisiciones realizadas en “torres de marfil”. La realidad dista mucho de esto. El conocimiento sólo se acumula cuando las inferencias que se hacen sobre el funcionamiento del mundo que nos rodea son compartidas con colegas, estudiantes y otros interesados. Pero divulgar resultados de investigación no basta. Es preciso que esos colegas, estudiantes..

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