El uso de microrganismos productores de
antibióticos para prevenir enfermedades
se remonta milenios atrás. Hace más de
2000 años, en China, Serbia, Grecia y/o
Egipto ya se usaban cataplasmas de pan
mohoso para tratar heridas abiertas. Sin
embargo, la explosión de su uso y el inicio de “la era de los antibióticos” no ocurrió
hasta el descubrimiento de la penicilina en
1928 con los estudios llevados a cabo por
Alexander Fleming con el hongo Penicillium
notatum