Reznek on health

Abstract

Philosopher and psychiatrist Lawrie Reznek’s five books all examine various aspects of the foundations of medicine, psychiatry, and insanity law. The first defends a definition of pathological condition on which all the rest at least partly rely: namely, as an abnormal, involuntary, usually harmful condition for which medical treatment is both necessary and appropriate. I first argue in detail that his abnormality element is redundant, while none of the other four is either necessary or sufficient for pathologicity. Independently, Reznek is also mistaken about the environmental relativity of disease and the “political dimension” of disease judgments. His last three books employ a simpler version of his analysis: that a disease is an abnormal harmful involuntary process without obvious external cause. Besides my previous objections to the first three of these elements, I argue that his new analysis has a new defect. It is either too narrow or too 24 Christopher Boorse teorema XL/1, 2021, pp. 23-65 broad, depending on whether he keeps or discards his normal-process thesis that “reacting normally to abnormal circumstances” cannot be pathological. By that thesis, he excludes the vast range of pathology which is the typical effect of unusual environmental insults; but without it, he would make every harmful, atypical, typically acquired, empirically unrefuted belief a mental disorder. Still, though Reznek is wrong in nearly all his major claims about the concept of disease, a great deal of the content of his last four books can survive this deficiencyLos cinco libros del filósofo y psiquiatra Lawrie Reznek examinan diversos aspectos de los fundamentos de la medicina, la psiquiatría y las leyes sobre la locura. El primero defiende una definición del concepto de condición patológica sobre el que descansan, al menos parcialmente, todos los demás. Tal concepto puede enunciarse como una condición anormal, involuntaria, usualmente dañina para la que el tratamiento médico es a la vez necesario y apropiado. En primer lugar, argumento de forma detallada que el elemento de anormalidad es redundante y que ninguno de los otros cuatro es ni necesario ni suficiente para la patologicidad. Independientemente de esto, Reznek se equivoca también sobre la relatividad de la enfermedad y la respecto del entorno y la “dimensión política” de los juicios relativos a la enfermedad. Sus últimos tres libros emplean una versión muy simple de su análisis: que una enfermedad es un proceso anormal y dañino e involuntario sin una causa externa obvia. Además de mis objeciones previas al primero de esos elementos, argumento que su nuevo análisis tiene un nuevo defecto. Es o demasiado estricto, o demasiado amplio, dependiendo de si mantiene o descarta su tesis del proceso normal de que “reaccionar normalmente a circunstancias anormales” no puede ser patológico. Por medio de esta tesis, excluye una amplia gama de patologías que es el efecto típico de agresiones ambientales inusuales; pero si ella, convierte en un desorden mental a cualquier creencia dañina, atípica, adquirida normalmente y empíricamente no refutada. Con todo, y a pesar de que Reznek está equivocado en casi todas sus principales afirmaciones sobre el concepto de enfermedad, gran parte del contenido de sus últimos cuatro libros pueden sobre vivir a esta deficiencia

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