El examen físico oftalmológico actualmente es considerado como una práctica médica de alto riesgo por la posibilidad de contraer la enfermedad por coronavirus (COVID- 19). Esta práctica se realiza en la lámpara de hendidura, lo cual involucra una proximidad física alrededor de 30 cm entre médico y paciente [1]. Se ha descrito que el virus se encuentra en secreciones como saliva, secreción nasal y lágrimas. Dada la cercanía, se recomienda que los médicos oftalmólogos realicen un correcto lavado de manos (antes y después de cada atención), usar mascarillas recomendadas (N95, FFP2, FFP3), guantes y lentes de protección, además de la bioseguridad utilizada por el paciente como el uso de mascarilla; ya que se ha encontrado material genético del virus por secuenciación molecular en la secreción lagrimal, existiendo el riesgo de contagio a través de la vía ocular [2-4]. Cabe señalar que el Dr. Li Wenliang, médico oftalmólogo, fue uno de los primeros en dar la alarma sobre esta epidemia, siendo su práctica médica un factor contribuyente a la infección y su posterior deceso [5]