USA has been the undisputed economic power during the 20th
century. However, this role was partially eclipsed at the end of
the last century by the creation of the Single Market in the EU
and in the first two decades of the 21st century by the economic boom in China. The US economic domain in the 20th century
was based on the combination of intense population growth and
productivity, as a result of its leadership in human capital, investment in research, development and innovation, and the operation of its institutions. The combination of these determinants
of productivity has allowed GDP per person of working age in the
US has grown steadily throughout the 20th century. However, this
growth path in the past may be a poor approximation of growth
in the coming decades, with multiple balances ranging from secular stagnation and the decrease in trend growth, to the maintenance or even increase in growth of recent decades, thanks
to the digital revolution. Although these factors imply risks and
uncertainties that apply with similar intensity in other economies,
they will hardly impede the greater relative role of other countries, especially China, given their margin of convergence in per
capita income with a population much higher than that of the
United States.EE. UU. ha sido la potencia económica indiscutible durante el
siglo XX. Sin embargo, este protagonismo se vio parcialmente
eclipsado a finales del siglo pasado por la creación del Mercado
Único en la UE y en las dos primeras décadas del siglo XXI por el
auge económico de China. El dominio económico de EE. UU. en
el siglo XX se basó en la conjunción de un intenso crecimiento de
la población y de su productividad, resultado de su liderazgo en
capital humano, de la inversión en investigación, desarrollo e innovación, y del funcionamiento de sus instituciones. La combinación de estos determinantes de la productividad ha permitido que
el PIB por persona en edad de trabajar en EE. UU. haya crecido
de manera estable a lo largo de siglo XX. Sin embargo, esa senda
de crecimiento en el pasado puede ser una pobre aproximación
del crecimiento en las próximas décadas, existiendo múltiples
equilibrios que van desde estancamiento secular y la disminución
del crecimiento tendencial, al mantenimiento o incluso aumento del crecimiento de las últimas décadas, gracias a la revolución
digital. Aunque estos factores implican riesgos e incertidumbres
que aplican con intensidad parecida en otras economías, difícilmente impedirán el mayor protagonismo relativo de otros países,
especialmente China, dado su margen de convergencia en renta
per cápita con una población muy superior a la de EE. UU