A los diez años de iniciarse las obras del tren subterráneo para la ciudad de México (1967-1971), se emprenden de nuevo con el fin de ampliar los trabajos realizados en aquellas fechas. Esta segunda etapa, se inicia con nuevas rutas y prolongación de las ya existentes. Tal iniciativa gubernamental redundará en un extraordinario beneficio para los habitantes de esta enorme población que ahora se llama Ciudad de México. Con la ejecución de los nuevos trabajos podrán obtenerse más y recientes datos para la historia y el desarroll0 urbano de aquella ciudad; eje durante varios siglos del quehacer cultural mesoamericano, ciudad principal del extenso virreinato de la Nueva España durante el período colonial y actual capital de los Estados Unidos Mexicanos