Transcurridos más de veinte años desde el enfoque de garantizar la
Integración Social de los grupos discriminados, sin poner en cuestión la
vigencia de estas normas, se considera necesario impulsar otra tendencia
que la complemente y que sirva de renovado impulso a las políticas de
equiparación de las personas discriminadas o marginadas.
Así, lo primero que deben remover estas normas antidiscriminación es la
Discriminación, entendida como toda distinción, exclusión o restricción
arbitraria que tenga por objeto o resultado, consciente o inconsciente,
menoscabar o anular el reconocimiento, goce o ejercicio de los derechos
humanos y libertades fundamentales a una persona o grupos de personas
en lo político, económico, laboral, social, religioso, cultural y civil o en
cualquier otro ámbito.
En esta perspectiva se mueven dos estrategias de intervención relativamente
nuevas y que desde orígenes distintos van, sin embargo, convergiendo
progresivamente. Se trata de la estrategia de «lucha contra la discriminación»
y la de impulsar políticas de acción Afirmativa; por esto se afirma que la
no discriminación más las acciones Afirmativas dan como resultado la
integración socia