Viceversos, prácticas docentes compartidas entre Humanidades, Ciencias Sociales y Arquitectura

Abstract

Este texto trata de una experiencia educativa en la que se coordina la participación de alumnado de los Grados en Estudios Ingleses, Sociología y Fundamentos de la Arquitectura en el uso de metodologías compartidas, que tiene lugar en el curso académico 2021-2022 en la Universidad de Alicante. Ha sido diseñada por profesorado de tres departamentos de la Universidad de Alicante integrantes de la red de prácticas en docencia llamada Viceversos. En esta ocasión participa alumnado de las asignaturas El argot y el coloquialismo en lengua inglesa (Grado en Estudios Ingleses), Voces de mujer en la literatura anglonorteamericana (Máster Universitario en Estudios Literarios), Proyectos Arquitectónicos 4 (Grado en Fundamentos de la Arquitectura) y Sociología General I (Grado en Sociología) de la Universidad de Alicante. Son en total 15 equipos de unos 2-3 estudiantes cada uno. Los objetivos son: conocer el modo con que tres autoras y un autor literarios (Tibuleac, Lee, Cortázar y Abreu) construyen atmósferas narrativas desde los modos cómo los personajes se expresan; aprender a imaginar vocablos nuevos desde los que iniciar un proceso creativo; enunciar proyectos de arquitectura que especulen con el concepto de lugar; aprender a reflejar las controversias en flujogramas situacionales. La experiencia educativa trata de proyectar en espacios ficticios intermedios, «umbrales, tránsitos, escondrijos, espacios imperceptibles de transición entre interior y exterior, una inefable sensación de lugar…» (Zumthor, 2011). Otros expertos los llaman entre-lugares, donde se producen espacios velados, límites duales y ambiguos en cuanto a su condición anímica y sensible (Carreiro y López, p. 2019; Delgado, 1999, p. 12). Son terceros espacios (Soja) o espacios vividos (Lefebvre) donde emergen prácticas sociales con presencia de saberes prácticos y donde lo identitario y lo colectivo se entremezclan (Havik, 2014, p. 110). El primero de los instrumentos para valorar la experiencia se refiere a las evidencias aprendidas y a otras que quedan latentes, implícitas más que explícitas; el segundo se refiere a las respuestas de un cuestionario online. Ambos tratan de poner en valor el diseño participativo que contiene la experiencia y funcionan como facilitadores visuales. Por un lado, de cada equipo escogido se ven reflejados sus valores respecto de otros. Por otro lado, la organización de casos por autores y los códigos gráficos permiten evitar tanto cuestiones jerárquicas como la magnificación de los peores resultados. Al final el valor no está tanto en los resultados últimos (la colección de lugares resignificados) sino en la cadena intermedia de técnicas en busca de dominios comunes entre saberes

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