El artículo aborda la producción cuentística de Luis Fayad entre Los sonidos del fuego (1968) y Un espejo después y otros relatos (1995) con el objeto de percibir tanto las variaciones de Bogotá, como las mediaciones estéticas a través de las cuales se representan literariamente los conflictos urbanos, políticos y sociales de la capital colombiana entre la década de los sesenta y la de los noventa del siglo XX. El narrador bogotano se sitúa en los intersticios de las problemáticas de su ciudad para descubrir aristas desconocidas de un proceso que no siempre es evidente en los estudios sociológicos o antropológicos; de esta manera los relatos inscriben las transformaciones del espacio citadino desde que deja de ser una aldea grande hasta que se convierte en una urbe masificada, visibilizando restos de memorias colectivas, conflictos existenciales y sociales, marginamientos y pequeñas historias de vida, hasta constituir un entramado discursivo que permite leer signos y rostros de una ciudad en proceso de metamorfosis permanente