La crisis del Covid-19 nos ha propuesto una oportunidad de replantear y revisar modelos de desarrollo, patrones de conducta y objetivos sociales y particulares. En principio se ha demostrado falsa la dicotomía entre salud y economía. La concurrencia necesaria de la salud como principio articulador de la vida social representa su condición posibilidad de desarrollo colectivo y personal. La duración de la crisis ha expresado diferentes etapas respecto de la relación particular y social con el fenómeno, pasando desde la responsabilidad colectiva y es sentimiento comunitario al individualismo que se expresa en el reclamo por la posibilidad de realizar acciones particulares de los agentes

Jover Martí, Francisco Javier

Universidad de Castilla-La Mancha: Repositorio Universitario Institucional de Recursos Abiertos (RUIdeRA)

ceehdNOVIEMBRE 2020AÑO 5 - Nº 8CENTRO DE ESTUDIOS ECONÓMICOS E HISTÓRICOS SOBRE EL DESARROLLOUNIVERSIDAD DE BELGRANOISSN 2525-1929COVID Y LIMITACIÓNDE CAPACIDADES:UN NUEVO CONTEXTODE INCERTIDUMBREMUNDIALImagen de Gerd Altmann en Pixabay   ÍNDICEEditorialPor Miguel Francisco Gutiérrez ....................................................................................... Pág. 3La incertidumbre política y los desafíos del siglo XXI: COVID-19Por María de Monserrat Llairó.......................................................................................... Pág. 4El discurso cientificista y antipolítico a propósito de la pandemiaPor Javier Franzé ............................................................................................................ Pág. 6Domar la fortuna: las políticas frente a la pandemia del COVID-19,complejidad e incertidumbrePor Pablo Bulcourf y Nelson Cardozo.............................................................................. Pág. 9Acciones organizacionales de la Universidad de Buenos Aires frente alCOVID-19: de la reacción a la propedéutica.Por Gimena Lorenzi........................................................................................................ Pág. 13La recuperación económica de Chile: una mirada hacia las regionesPor Sergio González Catalán ........................................................................................ Pág. 15Historias del COVID-19 en la tierra del tequila, el mariachi y los charrosPor Enrique Carlos Trejo Orozco.................................................................................... Pág. 17Notas sobre la pandemia y la postpandemiaPor José Manuel Canales Aliende.................................................................................. Pág. 20Una mirada al impacto social y económico en la costa Pacífico Central deCosta Rica durante la pandemia del COVID-19Por Raynier Ureña Garro................................................................................................ Pág. 22La crisis sanitaria y su impacto en el desarrollo turístico en EuropaPor Francisco Javier Jover Martí ................................................................................... Pág. 252CENTRO DE ESTUDIOS ECONÓMICOS E HISTÓRICOS SOBRE EL DESARROLLO UNIVERSIDAD DE BELGRANOAño 5 - Nº 8EDITORIALNoviembre de 2020Universidad de BelgranoPresidente:Doctor Avelino PortoVicepresidente de GestiónInstitucional:Profesor Aldo J. PérezVicepresidente de GestiónTécnica y Administrativa:Doctor Eustaquio CastroCentro de Estudios Económicos e Históricos sobre el Desarrollo (CEEHD) Director: Mg. Miguel Francisco GutiérrezContacto:Zabala 1837 – C1426DQG4788-5400 ceehd@ub.edu.arISSN 2525-1929La crisis del Covid-19 nos ha propuesto una oportunidad de replantear y revisar modelos de desarrollo, patrones de conducta y objetivos sociales y particula-res. En principio se ha demostrado falsa la dicotomía entre salud y economía. La concurrencia necesaria de la salud como principio articulador de la vida social repre-senta su condición posibilidad de desarro-llo colectivo y personal. La duración de la crisis ha expresado diferentes etapas respecto de la relación particular y social con el fenómeno, pasando desde la responsabilidad colectiva y es sentimiento comunitario al individualismo que se expre-sa en el reclamo por la posibilidad de realizar acciones particulares de los agentes. La magnitud de la crisis y sus consecuencias en cuanto a nuestra forma de relacionarnos y de priorizar objetivos colectivos depende en parte de la duración de la crisis y de su intensidad.Siendo una crisis de oferta y demanda la crisis del 2020 representa además un cambio de paradigma económico y social incorporando a la agenda de incertidumbre la ocurrencia de eventos relativos a la salud pública. La nueva configuración expresa la incertidumbre y la fragilidad de la condición humana y social de los mercados y de la realización comunitaria. La ignorancia expreso el comienzo de la crisis en la falta de información sobre el virus y en la ausencia de respuestas técnicas respecto de la forma de resolver la coyuntura. Esta falta de respuestas tecnológicas manifiesta los límites de una sociedad posmoderna donde las respuestas ―debenǁ estar a bajo costo ―sin límitesǁ y en donde la manifestación del ego individual se realiza por medio del consumo sin restricciones como medio de expresión de la realización personal.Es necesario superar el estado de situación mediante una reflexión sobre los valores morales que expresan nuestra vida comunitaria. La realización social e individual depende principalmente de la posibili-dad de realizar procesos creativos que promuevan el valor simbólico de nuestra condición humana y por esta vía produzcan valor econó-mico y social. No es mediante la competencia sin restricciones en valores o por medio de la realización de las acciones particulares de los actores que será posible una vida colectiva y social de largo plazo que garantice el crecimiento económico estable en el largo plazo, la equidad distributiva de la renta y la sustentabilidad del ambiente intergeneracional. Estas cuestiones y la superación de la crisis del covid-19 requieren por tanto una perspectiva de responsabilidad individual y social de largo plazo que exprese nuestro compromiso como sociedad.El actual número de la revista nos acerca diversas reflexiones de parte de investigadores y académicos de diversas regiones del mundo. La idea de esta presentación fue compartir las experiencias y reflexiones desde diversos territorios que nos permitan recurrir a diferentes visiones de un problema que más que nunca nos manifies-ta nuestra condición humana y colectiva como sociedad mundial. Esperamos que estas experiencias nutran la reflexión sobre la necesidad de transformar nuestra relación con el ambiente y con nuestros semejantes. Sin más espero que los enriquezca en la diversidad y promueva la apertura de nuestro sentir y responsabili-dad.Miguel Francisco GutiérrezDirector del CEEHD3Crisis sanitaria y su impacto en el desarrollo turístico en Europa  Por Francisco Jover Martí, profesor contratado doctor interino del Departamento de Geografía y Ordenación del Territorio y secretario del Centro de Estudios Territoriales Iberoamericanos de la Universidad de Castilla-La Mancha, España  Los óptimos resultados obtenidos en materia de turismo una vez finalizado 2019 indicaban unas buenas perspectivas para la campaña turística del año siguiente. Las llegadas de turistas internacionales a escala planetaria habían superado con creces las previsiones realizadas años atrás por la Organización Mundial del Turismo (OMT, de ahora en adelante), pues ya en 2018 se había rebasado la cifra de 1.400 millones de desplazamientos por motivos turísticos estimada para 2020. Las proyecciones realizadas por este mismo organismo apuntaban a alcanzar la cifra de 1.800 millones de turistas para 2030, una cantidad que, manteniendo el positivo ritmo de crecimiento de estos últimos años, se habría rebasado en poco tiempo. Esta positiva tendencia de crecimiento se muestra en el incremento de turistas en torno a un 70 % durante estos 10 últimos años en un contexto de ambiente económico favorable con un incremento generalizado del PIB a nivel mundial en más de un 3 % con respecto a 2018. Así, no es de extrañar que se mantuviera el aumento de gasto turístico con máximos en Francia y Estados Unidos, estimado en un incremento de un 11 % y 6 %, respectivamente. Hasta este momento, China se había convertido en el principal mercado emisor. Algo más del 14 % de las salidas internacionales se realizaban desde ese país. Se estaban consiguiendo cifras desconocidas hasta este momento. En España, por ejemplo, se batían máximos en la recepción de llegadas procedentes del exterior por séptimo año consecutivo. Europa mantenía su liderazgo mundial en las cuotas de recepción de turistas. Algo más de la mitad de las llegadas de turistas del mundo (50,9 %) mostraban su preferencia por visitar alguno de los destinos localizados en el Viejo Continente. Las compañías de bajo coste, el uso de Internet como canal de comunicación y venta de productos y servicios, el mundo como destino turístico, el aumento de las economías emergentes o la aparición de nuevas formas de transporte y alojamiento fueron algunos de los factores de crecimiento y desarrollo que en estos años recientes apuntaban al cambio de tendencias de los demandantes de turismo y mostraban síntomas de una evolución favorable para el futuro del sector. Sin embargo, durante los primeros meses del presente año se mostraría un panorama completamente diferente al escenario proyectado pocos meses atrás. La aparición y rápida propagación del coronavirus SARS-CoV-2 sería el causante de una crisis de trascendencia global de dimensiones desconocidas en el que se verían involucrados una diversidad de sectores. El turismo, como actividad recreativa que desde mediados del siglo XX ha pasado a ocupar un lugar destacado en las opciones de ocio de las sociedades contemporáneas, se ha visto afectado por los impactos originados por esta pandemia. Los distintos elementos que están integrados en el sistema turístico han sufrido directamente las consecuencias de esta crisis. En este caso, el contexto actual ha actuado como un factor que ha propiciado la situación tan desfavorable en la que en estos momentos se encuentra el turismo. Se trata de un elemento externo, aparentemente alejado del desarrollo de la actividad, pero que es necesario tener en consideración para llegar a comprender el funcionamiento y evolución de la actividad turística. De hecho, si repasamos la historia reciente, nos encontramos una serie de episodios de carácter local con transcendencia global que han incidido negativamente en la evolución y posterior desarrollo del turismo internacional. Así, los atentados de Nueva York y Washington en el año 2001, la epidemia del SARS en 2003 ó la crisis económica iniciada en 2008 han marcado momentos de ruptura en la positiva tendencia de la actividad turística mundial. Sin embargo, en todas ellas, el turismo ha dado muestras de su capacidad de recuperación en poco tiempo. Ha sabido sobreponerse a estas situaciones y superar los registros obtenidos anteriormente. 25Así pues, nos encontramos con que la pandemia ha marcado el desarrollo actual del turismo a nivel mundial e influirá en su evolución futura a corto y medio plazo. Desde el pasado mes de marzo, momento en el que se realiza la declaratoria de pandemia por parte de la Organización Mundial de la Salud, es notable el descenso de desplazamientos por motivos turísticos, así como de la recepción de ingresos económicos por este mismo concepto. Según datos de la OMT (2020), se ha registrado una caída de un 70 % de los turistas en los primeros 8 meses del año. Este desplome en el número de desplazamientos supone el segundo de los 3 escenarios proyectados por este organismo para este año, una tendencia que parece que va a prolongarse hasta diciembre. Para el próximo año las proyecciones no son muy alentadoras, pues, aunque una mayoría de expertos señalan la segunda mitad del año 2021 como punto de partida de despegue del sector, otros indican que no se alcanzarán los niveles de 2019 hasta 2023, incluso llevará algo más de tiempo la recuperación del sector. Europa, la región del mundo con mayor tradición en materia de turismo, también ha sufrido directamente las consecuencias de la pandemia. La capacidad de atracción de recursos como la diversidad de patrimonio natural y cultural, el paso de la Historia de sus entornos urbanos, la gran capacidad de acogida de sus grandes ciudades para la realización de eventos o la bondad del clima en los países meridionales…, han tenido que sucumbir ante los efectos devastadores de esta enfermedad. La caída en el número de llegadas internacionales se hizo evidente a partir de febrero y marzo cuando se convertía en el epicentro mundial de una enfermedad de origen remoto. Primero fue Italia, después afectó a España, a la que le sucedieron Francia y Reino Unido y así hasta hacerse extensiva a la totalidad de los países europeos, aunque con una incidencia desigual en cada uno de ellos. Ese centro gravitacional se fue desplazando hacia otras regiones del Planeta. Comenzaban así las restricciones a la movilidad entre países y, por lo tanto, al desplazamiento de personas por motivos turísticos. De esta manera, no es de extrañar que el turismo haya sido uno de los sectores más afectados. Esta actividad implica un desplazamiento entre un lugar de origen y otro de destino. Tiene una enorme incidencia territorial al tratarse de una actividad de carácter presencial, en contraposición con otro tipo de actividades donde se ha podido suplir con el teletrabajo. En torno a ambas regiones están involucrados una variedad de sectores que dependen directamente de esta actividad (hoteles, restaurantes, aerolíneas, guías turísticos, tiendas de souvenirs…) y otros de forma indirecta (establecimientos de alimentación, alquiler de vehículos…). Una amplia mayoría de los países europeos tienen en el turismo una de sus principales fuentes de ingresos económicos, así como de empleos generados directamente por este sector. Por ejemplo, según datos de la OCDE (2020) para 2018, para España suponía el 11,8 % del PIB y el 13,5 % del empleo total, para Islandia era el 8,5 % del PIB y el 15,7 % de los empleos generados, mientras que para Portugal se correspondía con el 8 % y el 9,8 %, para Francia el 7,4 % y el 7,5 % y para Grecia estos indicadores estaban en un 6,8 % y un 10 %, respectivamente. Se trata de países que ocupan posiciones de liderazgo turístico a nivel mundial y que han visto mermada su economía debido a las oportunidades generadas en torno a esta actividad, más aún en regiones con una dependencia en este sector, como es el caso de España. Aun así, tenemos que decir que Europa ha sido la región menos afectada durante los meses de julio y agosto. Estos dos meses son los que tradicionalmente se corresponden con la temporada alta que coincide con el verano del hemisferio norte. Poco a poco se fueron reabriendo fronteras desde el mes de mayo, aunque se mantuvieron medidas de seguridad sanitaria (cuarentenas en destino, presentación de pruebas PCR negativas realizadas en origen…). En el momento en que estas restricciones se fueron suavizando, el número de llegadas internacionales experimentó un ligero aumento con respecto a los meses anteriores, aunque no fueron suficientes para contribuir a las pérdidas ocasionadas anteriormente. En un primer momento, desde la Unión Europea se señaló la posibilidad de creación de corredores turísticos seguros, es decir, el 26establecimiento de rutas que conectasen regiones europeas donde la incidencia del coronavirus era menor con otras regiones donde había una mayor dependencia del turismo, como era el caso dentro de España en las Islas Baleares y Canarias, donde el virus estaba más controlado. Los esfuerzos realizados por este organismo se han dirigido hacia la adopción de recomendaciones con un carácter coordinado de las restricciones a la libre circulación entre los Estados miembros para dar respuesta a la pandemia. Dentro de la línea relacionada con el establecimiento de destinos seguros, las medidas se han basado en la compatibilidad con los medios de transporte, la creación o adaptación de alojamientos con bioseguridad, la incorporación de nuevas tecnologías para reducir el contacto, políticas de cancelación más flexibles, el incremento de infraestructura hospitalaria y la generación de estadística y registro de casos de COVID-19. La más reciente de las medidas adoptadas por los Estados miembros es una Recomendación del Consejo, del pasado 13 de octubre, relativa a un enfoque común donde se establecen cuatro ámbitos clave para coordinar los esfuerzos: criterios comunes para restringir la libre circulación teniendo en cuenta el índice de notificación, el índice de resultados positivos de las pruebas y la tasa de pruebas; mapa común donde se muestran los niveles de riesgo en las regiones europeas mediante un sistema de semáforos; enfoque común para viajeros donde se decidirá la aplicación de determinadas restricciones a partir del mapa común; e información clara y oportuna al público sobre las restricciones.  A pesar del desastre ocasionado por la pandemia, al sector turístico se le presenta una oportunidad para reflexionar y repensar las estrategias y orientaciones futuras de esta actividad. Las expectativas que presentan los especialistas no son buenas para el corto plazo, pero es cierto que en este período se han desarrollado alternativas ante la necesidad del viaje generada por el ser humano en la sociedad del ocio en tiempos de globalización. No se ha sido consciente del valor de esta actividad hasta que se ha privado de ella, así como de sus repercusiones económicas ante su carencia. Las tendencias apuntan hacia un turismo de proximidad, es decir, al desplazamiento hacia destinos cercanos. El turismo rural ha incrementado su desarrollado en estos meses en los que los ámbitos rurales han cobrado protagonismo. Han sabido sacar provecho del teletrabajo en un momento en el que estos espacios estaban abocados al abandono y despoblación. En términos referidos a la escala internacional, esta proximidad se ha producido viajando hacia países cercanos donde han primado las reservas de última hora. Habrá que plantearse la flexibilización en las políticas de cancelación por parte de agencias de viajes y empresas de transporte en el que aumentarán las medidas de seguridad sanitaria. Así, tendrán su oportunidad los destinos y experiencias no masivas. En estos momentos, la sostenibilidad bien entendida y desarrollada ocupará un espacio más que destacado en el sector turístico.  Referencias bibliográficas ABAD, T.; BUADES, M.; DÍAZ, C.; GARCÍA, V.; MARTÍNEZ, M. y RUIZ DE VILLA, E. (2020): ―Una respuesta a la pandemia para transformar la economía europea‖, Boletín económico del ICE, 3127, 17-31. DOI: https://doi.org/10.32796/bice.2020.3127.7088  GÖSSLING, S.; SCOTT, D. y HALL, M. C. (2020): ―Pandemics, Tourism and Global Change. A Rapid assessment of COVID-19‖, Journal of Sustainable Tourism, 29: 1, 1-20. DOI: https://doi.org/10.1080/09669582.2020.1758708  OECD (2020): Tourism Trends and Policies 2020, París: OECD, 400 p. DOI: https://doi.org/10.1787/20767773 OMT (2020): Barómetro OMT del Turismo Mundial y anexo estadístico, octubre 2020, 18 (6), Madrid: OMT, 1-36. DOI: https://doi.org/10.18111/wtobarometeresp 27

La crisis sanitaria y su impacto en el desarrollo turístico en Europa

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La crisis sanitaria y su impacto en el desarrollo turístico en Europa

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