Partiendo de los problemas epistémicos que la psicoterapia plantea en la actualidad, se pretende conceptualizarla como una práctica de subjetivación perteneciente a la tradición del cuidado de sí. Práctica que no termina de agotarse en los determinantes y sujeciones en las que se ve inmersa sino que, a partir de esos elementos instituidos, es el lugar idóneo de liberación de dimensiones de sentido no atendidas previamente. Dicha posibilidad surge del propio movimiento de la subjetividad, que es aquello que buscamos facilitar, y de un campo del aparecer que exige pensarse bajo otros criterios. Con este fin se repasan algunas contribuciones fenomenológicas adecuadas al tema y se señalan sus posibles implicaciones en el problema de la psicoterapia y el régimen de verdad en el que se mueve