El trastorno obsesivo-compulsivo -TOC- es una patología neuropsiquiátrica en donde se propugna un papel accesorio de los factores de riesgo psicosociales. A pesar de ello, existe un subgrupo de pacientes cuya etiopatogenia, fenomenología, diagnóstico y terapéutica se halla condicionada por la presencia de eventos traumáticos -ET-. CASO CLÍNICO. Se expone el caso de una mujer adulta joven que desarrolló una psicopatología compatible con TOC y trastorno por estrés postraumático -TEPT- tras sufrir abusos sexuales durante la adolescencia temprana. Aunque se implementaron tratamientos farmacológicos y psicoterapéuticos convencionales, su curso fue fluctuante, exacerbándose en el contexto de una nueva agresión sexual. CONCLUSIONES. Los ET constituyen un factor de riesgo inespecífico para el TOC, ya sea como variable predisponente o precipitante. Adicionalmente, pueden determinar su patoplastia, siendo el ejemplo más paradigmático la presencia de obsesiones de polución mental tras sufrir abusos sexuales. A nivel nosológico, existen evidencias preliminares para postular una entidad clínica nueva -trastorno obsesivo-compulsivo postraumático-, la cual englobe aquellos sujetos con comorbilidad entre TOC y TEPT tras un ET. En el plano interventivo, los pacientes con obsesiones de polución mental precisan estrategias psicoterapéuticas adicionales a las implementadas en sus homólogos de naturaleza más neurobiológica