Según la UNESCO, en abril del 2020, 1.400 millones de estudiantes se quedaron fuera de sus escuelas de preescolar, primaria y secundaria en más de 190 países, en un esfuerzo por frenar la propagación del coronavirus.
En el ámbito educativo a causa de la pandemia por Covid-19, gran parte de las medidas que los países han adoptado ante la crisis se relacionan con la suspensión de las clases presenciales en todos los niveles, lo que ha dado origen a diferentes campos de acción, entre ellos: el despliegue de modalidades de aprendizaje a distancia, mediante la utilización de una diversidad de formatos y plata-formas (con o sin uso de tecnología); el apoyo y la movilización del personal y las comunidades educativas, y la atención a la salud y el bienestar integral de las y los estudiantes.
Cuestiones como el acceso a Internet, la conectividad, la accesibilidad, la preparación del material, la formación del cuerpo docente y la situación en el hogar, influyeron mucho en la viabilidad de la enseñanza a distancia.
No estábamos preparados para una ruptura tan acelerada y radical de la cultura tradicional de aprendizaje, basada prominentemente en la presencialidad. La causa principal de que la pandemia haya dejado en off side a los sistemas educativos fue la brecha digital, ya que solo algunos países como por ejemplo en el norte de Europa habían integrado herramientas digitales, además no se contaba con docentes capacitados para integrar plataformas virtuales en los procesos de enseñanza y en muchos casos las familias no contaban con los dispositivos necesarios para garantizar la continuidad lectiva de sus hijos.Instituto de Relaciones Internacionale
