En este trabajo se intenta dar cuenta que a pesar de las luchas feministas y los avances sociales en materia de género, la disposición del tiempo libre para las mujeres no es una conquista lograda, sino más bien un espejismo de la misma.Trabajo para el Seminario de Maestría en Educación Corporal: Teorías del ocio y tiempo libre en las prácticas corporales. Las prácticas corporales como objeto de investigación, dictado por Norma Rodríguez Feilberg (FAHCE-UNLP).Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educació

Viale Ferreyra, Sol

Servicio de Difusión de la Creación Intelectual

Universidad Nacional de La Plata Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación Secretaría de Posgrado Maestría en Educación Corporal      Asignatura:  Teorías del ocio y tiempo libre en las prácticas corporales-  Las prácticas corporales como objeto de investigación.   Tema:  “Tiempo Libre y Género”        Profesora: Norma Rodríguez Feilberg  Estudiante: Sol Viale Ferreyra Fecha: diciembre de 2021  Introducción     De acuerdo a lo que venimos trabajando en el seminario respecto al tiempo libre y el ocio y, en relación a mi interés por investigar cuestiones referidas al género en mi tesis de maestría, es que me pregunto: ¿cómo es el acceso al tiempo libre según el género? Con las conquistas de derechos de las mujeres en campos anteriormente destinados exclusivamente al género masculino, ¿hubo un avance respecto a los derechos sobre el uso del tiempo y especialmente al tiempo libre o dicho tiempo sigue siendo un privilegio para algunos?   Mujeres: Las conquistas del mercado laboral y una supuesta liberación     Para comenzar este trabajo nos posicionaremos en el concepto de tiempo libre tal como lo enuncian Rodríguez y Viñez (2020): “…el tiempo de libertad no existe, sino que, en todo caso, ese tiempo de “no trabajo” es un tiempo organizado que es gobernado por la industria cultural” (p.11).     Históricamente (y con fuertes argumentaciones biologicistas) las mujeres han sido educadas para ocuparse de las tareas domésticas y de cuidado, siendo el interior del hogar su espacio asignado por la sociedad. El hogar, las tareas domésticas (limpiar, planchar, cocinar) y de cuidado (tanto de hijos, como de esposos, padres, suegros, etc.) configuraron en el imaginario social el destino de toda mujer, destino que para poder ser sostenido se ató a la idea de felicidad. Las mujeres, entonces, buscaban su felicidad en realizarse como una buena ama de casa, una buena esposa, una buena madre.     Del otro lado del mundo social y cultural, la otra arista del discurso (con iguales argumentaciones de índole biológicas), los hombres, fueron asignados con otro rol: el rol del trabajo y de lo social; su mundo, su destino (y felicidad) era todo lo concerniente al mundo por fuera del hogar. Ellos se ocuparon, entonces, de ser los encargados de trabajar, estudiar, investigar y, por lo tanto, de ocupar puestos políticos, de decisión y conducción. De este modo, el mundo estaba conquistado por la mirada masculina, sus deseos e intereses.      Con el tiempo, los movimientos feministas pudieron dar pasos importantes respecto a los derechos de las mujeres y es gracias a esos logros que ahora pueden estudiar una carrera universitaria, trabajar, desarrollarse profesionalmente y hasta ocupar cargos políticos, de gestión y conducción.     Sin embargo, este avance, que ha sido uno de los más grandes en materia de derechos humanos de los últimos tiempos, no significó un verdadero cambio de paradigma, puesto que las mujeres no dejaron de ser las encargadas de aquel rol asignado históricamente sobre las tareas domésticas y el cuidado, lo que significó que su tiempo de trabajo se duplicó: el tiempo de estudio y/o trabajo más el de las tradicionales labores domésticas y de cuidado. Si bien ahora las mujeres pueden dejar el hogar para salir a trabajar, muchos son los estudios que indican que deben retornar a ellos para continuar con sus obligaciones.     De esta cuestión se desprenden algunos temas que vale la pena destacar: 1- Las labores domésticas, son labores que se realizan sin ningún tipo de retribución económica. Bajo el mencionado discurso biologicista se argumenta que la mujer tiene por naturaleza el instinto de cuidar de sus hijos y de su hogar, de ser amorosa, suave y delicada (o sea, ocuparse de cuidar sin quejas). Sin embargo, cuando se analizan los números que implican estos cuidados por supuesto “amor natural”, los resultados arrojan otras conclusiones. Así lo explica el artículo publicado por la Dirección de Economía, Igualdad y Género (2020)  Las tareas domésticas y de cuidado consideradas como un todo son la actividad que más aporta a la economía: los cuidados representan un 16% del PBI. Son tareas que en su mayoría realizan las mujeres de manera gratuita. Según nuestros cálculos, las mujeres argentinas le dedican más de 96 millones de horas diarias a estas tareas, sin ningún tipo de remuneración pero con un gran costo en términos de tiempo.   Y luego continúa:  Asimismo, al analizar el TDCNR por género, el estudio concluye que el 75,7% de las tareas son realizadas por mujeres -es decir, más de las tres cuartas partes y, de este modo, dedican diariamente 96 millones de horas de trabajo no remuneradas a las tareas del hogar y los cuidados.  2- El acceso al mercado laboral tiene mayor dificultad para las mujeres. Está demostrado que, para el acceso a un mismo cargo, las mujeres deben acreditar mayor titulación, la paga es menor y la posibilidad de crecer profesionalmente está limitada (techo de cristal). Todas ellas son cuestiones que se encuadran en las denominadas “violencias de género”.    3- Con el derecho al divorcio, cuando una pareja se separa, en la mayoría de los casos, los niños quedan a cargo de las mujeres, dificultando aún más su posibilidad de desarrollo profesional y personal, con importantes consecuencias económicas. Así lo explica Tuchin (2021):   “Según la Encuesta Permanente de Hogares, el 85% de las familias monoparentales están a cargo de una mujer.”  En el artículo escrito por la autora, Tuchin (2021) completa la idea:   Mientras que, en el primer semestre de 2020, la pobreza por ingresos alcanzaba al 30,4% de los hogares argentinos, en los monomarentales subió al 59%. Además, en los hogares con solo una adulta a cargo se presentan los mayores grados de informalidad laboral y, de este modo, no solo perciben menores ingresos por su trabajo que aquellas que tienen un puesto formal, sino que no acceden a la cobertura de la legislación laboral y a las prestaciones de la seguridad social, tanto para ellas como para sus hijas e hijos.  4- Por otro lado, es llamativo el hecho de que, dentro de una misma cultura, dentro de un mismo espacio social, la exigencia hacia las mujeres por poseer cuerpos más cuidados estéticamente, es superior a la exigencia social que hay sobre los cuerpos de los varones.  Rodriguez y Viñez (2020) dicen respecto al uso del cuerpo:  “…el problema del cuerpo y de las prácticas corporales se sitúa en el eje organizador de la vida aislada y es, a su vez, el lugar en donde operan los mecanismos de distinción.” (p.11).         Si bien las mujeres fueron conquistando el mercado laboral y social, llegando incluso a ocupar cargos de decisión y poder, las exigencias que operan sobre el uso del cuerpo con estándares de belleza inalcanzables y niveles de consumo invaluables llevan a que se requiera del uso del poco tiempo (y dinero) libre disponible para realizar aquellas prácticas que garanticen cierto estatus social otorgado por poseer un tipo de cuerpo (gimnasios, dietas, ropas, salidas, etc.). El consumo de estas prácticas corporales y los usos que se le dan a los propios cuerpos bajo el espejismo de una supuesta liberación, operan como mecanismo de distracción y sujeción a un modelo cultural que no deja de repetirse.    Conclusión     Si fueron relegadas, silenciadas, puestas en lugares secundarios, fue para correrlas de los espacios de decisión y poder. Sin acceso a la educación, sin acceso a los lugares de decisión, no son quienes construyen la historia, no son quienes la escriben, no construyen futuro, no toman decisiones sobre ellas mismas ni sobre el mundo en el que viven, sobre sus cuerpos, su tiempo, su economía o sus propios gustos.     Pretendiendo liberarse de antiguos modelos siguen en la trampa de perderse en la rueda del consumo de cierto tipo de prácticas y cuerpos que les den el pase a un modelo de mujer que las posiciona en cierto estatus social. Bajo la idea de la liberación destinan lo único que es propio, el tiempo, a agradar para ser aceptadas para estar a la altura de los mandatos que dicta la sociedad, sin darse cuenta que solo perpetúan el velo que les cubre la mirada sobre su verdadero lugar en la sociedad. Consumen la cultura que construyen otros, consumen los mandatos que construyen otros. Ponen sus cuerpos y su tiempo a disposición de una cultura con valores sociales y morales constituidos por y para otros, básicamente, para ellos.     Si bien los derechos conquistados son muchos y de gran valor se hace imperioso hacer cultura con perspectiva feminista.          Bibliografía   - Caldeiro, M (2021) Tiempo libre para el juego: recreo y trabajo. Una ambigüedad insoslayable. Congreso de Educación Física y Ciencias 14º Argentino, 9º Latinoamericano y 1º Internacional Educación en Pandemia y Pospandemia. http://congresoeducacionfisica.fahce.unlp.edu.ar/14-congreso/archivos/ponencia210908152135597478  - Dirección de Economía, igualdad y Género (2020). Los cuidados, un sector económico estratégico. Medición del aporte del Trabajo doméstico y de cuidados no remunerado al Producto Interno Bruto. Argentina.gob.ar: https://www.argentina.gob.ar/noticias/la-direccion-de-economia-igualdad-y-genero-presento-el-informe-los-cuidados-un-sector  - Gambarotta, E. (2021) Un nuevo ascetismo, un viejo sacrificio. Congreso de Educación Física y Ciencias 14º Argentino, 9º Latinoamericano y 1º Internacional Educación en Pandemia y Pospandemia. http://congresoeducacionfisica.fahce.unlp.edu.ar/14-congreso/archivos/ponencia210907194322372900  - Rodríguez, N.; Viñes, N. (2020) Cuerpo y prácticas corporales: Tiempo libre y ocio en tiempos de pandemia. Ágora para la educación física y el deporte, 22: 355-378. Disponible en: https://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/art_revistas/pr.12219/pr.12219.pdf  - Tuchin, F. (2021). El agobio, los malabares y los sacrificios de las mujeres que crian solas mientras trabajan. Redacción, Periodismo Humano: https://www.redaccion.com.ar/familias-monoparentales-en-crisis-de-cuidados/   

Tiempo libre y género

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