En los últimos cuatro años, la crisis de los refugiados se convirtió en el tema excluyente de la Unión Europea (UE). Sin embargo, mientras la llegada masiva de inmigración clandestina compuesta de refugiados y solicitantes de asilo (asylum-seeker) dejó en evidencia tanto el ineficaz mecanismo normativo de asilo conocido como regulación de Dublín, como la escasa cooperación entre los países de la zona Schengen para alcanzar una armonización normativa común sobre la cuestión migratoria, la crisis de los ‘sin papeles’, es decir, de los inmigrantes irregulares que residen en el territorio de la UE, continuó sin cambios aparentes.Instituto de Relaciones Internacionale
