La promesa digital y la herencia analógica en la educación

Abstract

Las reflexiones que se despliegan a continuación se presentan pensando en los impactos y repercusiones de las Tecnologías de la información y la comunicación, TIC en contextos científicos y académicos. Ciertamente hay aspectos positivos de las cuales hablamos de manera regular que los proveedores de tecnologías se aseguran de reiterar constantemente. En primer lugar, sin duda las tecnologías digitales generan muchos beneficios en términos de nuevas posibilidades de conexión disciplinar. Aunque a veces pareciera que ocurre justo lo contrario, y refieren más, como ha planteado Ito del MIT, a aspectos de la anti-disciplina como una provocación a la resistencia para generar diálogos entre diversos saberes. En segundo lugar, el creciente acceso a recursos de valor, no solamente Big Data sino también la enorme y virtualmente infinita cantidad de contenidos que nos hace dar cuenta de lo desconocedores (ignorantes) que somos y las preguntas que nos quedan por explorar. Y en tercer lugar, la capacidad que nos ofrecen de romper las barreras del tiempo y del espacio y, al mismo tiempo, contar con la posibilidad de una producción colectiva y distribuida del conocimiento. De ahí han surgido movimientos como: open innovation, crowdsourcing, Big Data, etc. Hablando de la universidad, quizás desde una mirada más crítica, podríamos decir que esta institución educativa todavía tiene una profunda “herencia analógica” de la cual no ha sido capaz desprenderse en este contexto digital. Todavía hay una seria fijación por lo que se le llama accountability of science (rendición de cuentas en el campo científico) que se ve en los rankings, en la idea del publish or perish, donde pareciera que no importa tanto lo que escribes, sino dónde lo escribes. Se da una especie de fenómeno de “comodificación de la ciencia”, donde ésta se convierte en un tránsito funcional para acceder a una plaza de full time professor (tenure track). Vemos con preocupación cómo el hecho de realizar investigación se distorsiona a veces simplemente como un medio para acceder a puestos laborales más estables en las universidades. Y eso me preocupa profundamente, porque conlleva un cambio de prioridades. Otro aspecto que resulta inquietante, es el tema de la divulgación de la ciencia. Si bien se ha avanzado en políticas científicas, como por ejemplo el fondo europeo de ciencia y tecnología Horizon 202044, aún seguimos bajo una lógica profundamente analógica de exclusión, donde solamente algunos tienen la posibilidad de saltar este Paywall (muro de pago) para poder acceder a contenidos científicos. Me parece que es un claro síntoma de esta “herencia analógica” que todavía está regulando (y afectando) el mundo digital en general y el científico en particular. El último componente de esta “herencia digital” que creo que tenemos que analizar, es saber qué tipo de universidad queremos. Si bien todos somos científicos, pareciera ser que hay unos más científicos que otros. Esta fragmentación sugiere que la globalización de la ciencia no ha sido tan real como pensábamos. Hay unos clusters académicos en el mundo donde se producen los journals y papers científicos, donde están los principales centros de investigación, donde están los principales fondos de investigación. Esto, inevitablemente genera periferias científicas (como si se tratase de una ciencia de menor rango). Entonces sí, estamos en red, pero hay algunos que están más en red que otros. Mientras unos pocos producen “ciencia de punta” (por asimetrías de lenguaje, económicas y de contexto) otros están relegados a producir una ciencia que no genera el mismo nivel de influencia ni repercusión. Esto es preocupante porque se generan silos cognitivos, se generan asimetrías. Y si bien internet ofrece la posibilidad de romper esas barreras creo que todavía queda mucho camino por avanzar

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