En este artículo exploro las maneras en que un ‘yo’ – en tanto investigadora, académica y feminista – ha sido constituido a través de mis prácticas de investigación, y considero las formas en que este ‘yo’ es/está disciplinado: ¿cuáles son las dimensiones de silenciamiento en torno a la constitución de mi ‘yo’ y cómo estos silencios revelan la importancia de dar cuenta de sí en clave reflexiva, en el marco de una ética feminista de la investigación? Propongo que mi individualidad es tejida a través de mis prácticas de investigación, mientras al mismo tiempo doy cuenta de las opciones que tomo y explico cómo y por qué llegué a las decisiones que tomé durante el proceso de investigación. Estoy implicada en, y soy producida por, mis prácticas académicas. Considero que la ganancia política de reflexionar sobre la investigación como una intervención ‘con género’ es mostrar la ilusión de certeza, completud y estabilidad como la quimera que es. Este pequeño acto de resistencia está al servicio de la transformación de la academia en un espacio de humildad, incertidumbre y esperanza. No hay mucha esperanza cuando todas las preguntas han sido contestadas y todas las posibilidades exhaustas. Identificar las prácticas performativas a través de las que soy constituida y explorar dichas prácticas por medio de una aproximación narrativa a mi ‘yo’, contribuye a una visión del mundo social como no fijo o cerrado sino en proceso de devenir, donde las posibilidades están abiertas
