Servicio Editorial de la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatearen Argitalpen Zerbitzua
Abstract
La práctica termal ha precedido al turismo, aunque fue desde sus orígenes una actividad que engendró una actitud turística. Conviene, pues, poner de relieve la relación de estas dos actividades que, sobre todo en el siglo XIX, conocieron su desarrollo en unión con la sensibilidad romántica y la avidez burguesa por las distracciones de "distinción ". La ciudad de las aguas pudo contribuir al descubrimiento del territorio, pero pronto se convirtió en un lugar de atracción por sí misma gracias a sus monumentos, sus fiestas y sus actividades de recreo. Nació entonces un verdadero turismo termal. Las guías turísticas y termales dan cuenta de la confusión que se estableció entre estos espacios cuyo estatus administrativo es el mismo. Incluso si la actividad medical se mantuvo, la parte turística de las ciudades de las aguas llegó a ser preponderante, hasta que en la mayor parte de los países de la Europa occidental se produjo un declive de la medicalización