Colombia ha sido escenario de una interesante discusión jurídica en torno a
las sanciones disciplinarias como instrumento para limitar el ejercicio de
derechos fundamentales, como el de elegir y ser elegido, cuando son
impuestas a funcionarios públicos en ejercicio de sus funciones,
confrontación jurídica que surge de la disyuntiva entre las facultades que
para ello otorga la Constitución de 1991a la Procuraduría General de la
Nación, lo que señalan las obligaciones internacionales del Estado
colombiano en materia de derechos humanos, más concretamente la
controversia; tiene origen en razón de la Convención Interamericana de
Derechos Humanos, la cual consagra en su catálogo de derechos y garantías
la necesidad de que exista una sentencia judicial dictada por juez penal
competente para poder limitar o restringir el derecho fundamental en
mención.
Por lo anterior, se revisa la concordancia de las normas colombianas
relativas a la potestad que otorga a la Procuraduría para sancionar con
destitución a funcionarios públicos de elección popular, a la luz del control de convencionalidad y las recientes posturas de la Corte Constitucional en la
materia, evidenciando consigo la relación y nivel de prioridad respecto de las
funciones asignadas al procurador frente a los derechos políticos
consagrados en la CADH, y su efectividad en un Estado social de derecho.Colombia has been the scene of an interesting legal discussion regarding
disciplinary sanctions as an instrument to limit the exercise of fundamental
rights such as the right to elect and be elected, when they are imposed on
public officials in the exercise of their duties, The international obligations of
the Colombian state in the area of human rights, more specifically the
controversy, have their origin in the fact that the Inter-American Convention
on Human Rights, which enshrines in its catalogue of rights and guarantees
the need for a judicial ruling by a competent criminal judge in order to limit or
restrict the fundamental right in question.
For this reason, the concordance of the Colombian norms regarding the
power that grants the attorney general's office to sanction with dismissal
public officials of popular election is reviewed in the light of the control of
conventionality and the recent positions of the constitutional court on the
matter, evidencing with it the relationship and level of priority regarding the
functions assigned to the attorney general with respect to the political rights
consecrated in the CADH and their effectiveness in a social state of law