Las enfermedades infecciosas permanecen como una de las principales causas de morbimortalidad en el planeta y la aparición de resistencias en las bacterias, virus o parásitos una consecuencia natural del uso de antibióticos en medicina y veterinaria, incluso cuando este es controlado 1. La introducción de nuevos antibacterianos (principalmente entre 1940 y 1980) supuso una revolución en el tratamiento de las enfermedades infecciosas, pero desde entonces son escasas las aportaciones de nuevos antibióticos eficaces y de administración sistémica para un selecto grupo de bacterias multirresistentes (BMR), por lo que probablemente nos enfrentemos a un futuro sin opciones terapéuticas para combatirlas 2-3.
Aunque no existe una definición universalmente aceptada, las BMR son aquellas que al menos cumplen la condición de resistentes a dos o más grupos de antimicrobianos habitualmente empleados en las infecciones producidas por el microorganismo considerado y cuya resistencia tiene relevancia clínica 4. Las infecciones por gérmenes multirresistentes no responden con frecuencia al tratamiento antibiótico de inicio, prolongando la enfermedad y aumentando la mortalida