Trabajo de Fin de Máster en Democracia y Buen Gobierno, curso 2020-2021[ES] El proceso de democratización ocurrido en América Latina a partir de los años ochenta
con una gran expansión de la democracia liberal no ha dado lugar a cambios profundos
en la justicia social. El fracaso del estado de bienestar ha provocado una gran crisis en la
democracia representativa. Fenómenos como las desigualdades sociales y el populismo
sumados al descrédito en las instituciones y representantes electos trascendieron la crisis
de confianza y la garantía de la estabilidad de los regímenes democráticos. Los síntomas
degenerativos incluyen la creciente sensación de que el gobierno está distante y que no
se puede confiar en los políticos. Los partidos ya se delinearon como pocos democráticos,
es decir, con un bajo nivel de democracia interna y falta de ideología, lo que contribuyó
significativamente a la crisis de representación en la que se encuentra el país. Pero la
crisis de la democracia representativa no es exclusiva de Brasil y está relacionada con los
bajos niveles de calidad de la democracia evaluados en América Latina. Diversos
organismos internacionales que miden los índices de calidad de la democracia
concluyeron que con la pandemia del Covid-19, muchos países sufrieron oleadas de
autoritarismo, con la mala gestión de los gobiernos para contener la crisis sanitaria
epidemiológica y el avance en la propagación del virus. Nuevamente, los estudios
demuestran el bajo desempeño de los países latinoamericanos. En Brasil, las minorías
excluidas de la participación política del país buscan alternativas para romper la
hegemonía de los sistemas oligárquicos de los partidos políticos y, a través del reparto de
mandatos electivos, ocupan lugares que hasta entonces estaban destinados a las élites
políticas brasileñas. Los mandatos colectivos y/o compartidos, surgidos en Brasil en
1994, ganaron popularidad y la adhesión de varios segmentos de la sociedad, colectivos
de mujeres, negros, indígenas, la comunidad LGBTQIA+ y otros están ocupando los
espacios en el poder legislativo y buscando aprobar proyectos y discutir demandas hasta
ahora olvidadas por los parlamentarios habituales. El tema central discutido aquí, por lo
tanto, es investigar cómo el ideal democrático se puede realizar efectivamente a través de
nuevas interconexiones entre ciudadanía y representación política. Los mandatos
colectivos observados en Brasil en los últimos años se revelan como instrumentos para la
inclusión y participación democrática de los grupos de ciudadanos subrepresentados. Por
ello, se propone investigar esta forma de representación política como alternativa a la
crisis de la democracia representativa actual, desde la perspectiva de una cultura
democrática que valora la libertad política, lo que significa construir y consolidar
mecanismos concretos y efectivos que promuevan el debate público, el compromiso con
los temas de interés común y la posibilidad de un control y supervisión constante por
parte de los ciudadanos. La conclusión a la que se llega es que estos modelos son ejemplos
de iniciativas democráticas emergentes con alto potencial de crecimiento, considerando
que aún quedan pocas candidaturas y mandatos colectivos, dado el tamaño de un país
como Brasil, que tiene más de 220 millones de ciudadanos y más de 5.000 municipios.[EN] The democratization process that occurred in Latin America from the eighties with a great expansion of liberal democracy, has not led to profound changes in social justice. The failure of the welfare state has caused a great crisis in representative democracy. Phenomena such as social inequalities and populism, added to the discredit in the institutions and
elected representatives, transcended the crisis of confidence and the guarantee of the stability of democratic regimes. Degenerative symptoms
include the growing sense that the government is distant and that politicians cannot be trusted
