Chiesa, C.

Mercieca, E.

Sánchez Aizcorbe, C.

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I!— 227226 —histórico tiene una sola salida: la integración de América Latina” (p. 11). Habiendo descrito de esta manera el fenómeno latinoamericano, la obra de Felipe Herrera ^ se muestra afanosa por desarrollar los planteamientos, definiciones y análisis de los sistemas que permiten o han de permitir la canalización institucional del acercamiento entre nuestras naciones para aU gravitación en el mundo moderno (p. 11). El Dr. Herrera, actuallos demás aspectos de la teoría económica, y su obra no disipa al concluir lo que nos suscitara en sus comienzos: más que de una confrontación de capitalismo y materialismo dialéctico a nivel científico, se trata de una valoración marxista del “modo económico” occiental en la que la exposición objetiva cede ante las presiones de una convicción muy honda en el Autor.La racionalización de las funciones y los adelantos de la tecnología moderna no podrán nunca substituir la tarea específica de una pedagogía del trabajo. A este problema ha dedicado un primer análisis Johannes Riedel en su obra: La formación para el trabajo en la empresa, que acaba de traducirse al español 3. Se trata de una disciplina nueva, cuyo objetivo es promover al personal a una comprensión adecuada, integra y eficiente de sus obligaciones, que no deben interpretarse unilateralmente en términos de sumisión a las directivas patronales (pp. 11-16). El Autor completa su encuadre del tema mostrando las relaciones de esta actividad formativa con la racionalización del trabajo y la pedagogía (pp. 16-24). A continuación, divide su estudio en dos partes: la primera, dedicada a consideraciones fundamentales (ubicación del trabajo en la empresa y cometido de la pe­dagogía del trabajo), y la segunda, destinada a la cualificación de los tra­bajadores en la práctica (técnicos y artesanos, productores especializados, trabajadores auxiliares, auxiliares mercantiles, personal de maestranza, mandos medios y superiores). La obra se cierra con un breve desarrollo sobre la organización pedagógica en la empresa (pp. 153-157). No es po­sible pedir en tan pocas páginas mucho más que una iniciación sugerente, cuya utilidad reside en hacer caer en la cuenta del problema pedagógico, planteado por la inserción del personal en sus tareas específicas, y en suge­rir las pautas que conducirían a solucionarlo. Hubiera sido indispensable suministrar una guía complementaria de lecturas para el empresario, porque la obra de Riedel ño se orienta a dialogar con especialistas en la materia. Por este motivo, y para hacer efectiva su contribución, requeriría el uso de instrumentos como los ofrecidos por el estudio de Norman R. F. Maier, Psychology in Indtistry, Boston, Houghton Mifflin Co., 1965 (3» ed.).canzardirector del Banco Interamericano de Desarrollo, reúne en su obra diez con­ferencias pronunciadas entre 1962 y 1964 ante variados auditorios del con­tinente y Europa. La disposición del material sigue un orden temático más que cronológico abarcando los siguientes aspectos: primero: la tesis, que el propio autor resume en la siguiente afirmación: “América Latina al pre­tender su integración económica, afirma en esta búsqueda la raíz de su propio pasado, en sus esfuerzos para lograr la reintegración política” (p. 12). Segundo: los sistemas económicos, bajo cuyos perfiles se estudian las relaciones interamericanas, proyectándolas en el concepto de regionalismo > supra-nacional. Tercero: el desarrollo y su fmandamiento, donde cobra re­lieve el tema de las relaciones económicas multilaterales como tendencia actual en el continente, y las relaciones de Estados Unidos con América Latina. Cuarto: la acción, en vistas a la cual se sintetizan los procedimien­tos prácticos para la integración económica, financiera y política, comple­tados con un resumen de las actividades del Banco Interamericano de Desarrollo. La primera y novena conferencias ofrecen la visión sintética del pensamiento de Felipe Herrera. Estamos ante el hecho contemporáneo de un mundo en transformación acelerada donde se muestra una voluntad de acción frente al espectro de la pobreza y donde el poder aglutinante del régimen imperial deja paso a la multitud de naciones que reclaman inde­pendencia y bienestar. Esta encrucijada tiene su superación en la solida­ridad, imponiéndose un orden internacional de irreversible interdependencia. Con el mismo ritmo avanzan las integraciones regionales y en medio de este panorama emerge América Latina o mejor la nación latinoamericana, puesto que debajo de la actual atomización bulle su sustrato indígena y tres siglos de dominación española como fuerza vital. Si la integración econó­mica es importante para esta “gran nación deshecha”, no lo es menos su integración política (cf. Antecedentes y perspectivas de la integración la­tinoamericana, Mensaje; Santiago de Chile, 14 [1965], pp. 239-245). Ahora bien, frente al proceso de integración continental, es necesario elaborar un contenido filosófico-político que lo sustente y aparece así el concepto de Nacionalismo regional. Se trata de infundirle a ese proceso una dimensión de profundidad que lo capacite para impactar a las masas latinoamericanas procurándoles no sólo un mercado común sino también la incorporación de valores y formas vitales vigentes en los sectores de mayor desarrolloDESARROLLO Y PROBLEMAS CONEXOSC. Sánchez Aizcorbe, E. Mercieca y C. Chiesa“Somos una gran nación deshecha. Este acontecimiento histórico ex­plica a nuestro modo de ver las causas y las razones del desencuentro de América Latina con su significado potencial en el mundo; ...el desafio1 F. Herrera, América Latina integrada. Losada, Buenos Aires, 1964, 249 págs.s J. Riedel, La formación para el trabajo en la empresa, Rialp, Madrid, 1965, 161 págs.■*228 — 229cultural. En vistas a la integración política, el Dr. Herrera medida práctica la creación de un Parlamento Latinoamericano donde ten­gan expresión las diversas corrientes ideológicas del continente. El autor plantea también nuestro problema económico básico; somos naciones depen­dientes en gran escala de la exportación de materias primas, con lo que esto significa de dificultades para el desarrollo integral. Para solucionarlo, necesitamos un convenientepropone como mejorable. No es posible ni necesario reseñar el contenido de este amplio manual. Sin embargo, quisiéramos destacar el capitulo tercero de la parte primera sobre “la evaluación de la calidad de los datos censales” (pp. 75- 117) y los dos capítulos de la parte tercera, dedicados a “las estimaciones de población” (pp. 529-565) y a “las proyecciones de población” (pp. 567- 602) respectivamente.Pierre Moussa, director de asuntos económicos y planificación en el ministerio de la Francia de ultramar, es autor de varias obras sobre el “tercer mundo”. En un ensayo reciente^, escrito en lenguaje no técnico, sintetiza los problemas principales que se plantean entre los países sub­desarrollados, teniendo en cuenta sobre todo el factor económico. En el desa­rrollo histórico del tema se formula una comparación entre EE.UU. y Europa en sus relaciones respectivas frente al tercer mundo. El primer capítulo, “variaciones sobre tres mundos”, expone dos hechos por los que EE.UU. se encuentra más cerca de los países subdesarrollados que Euro­pa: las tierras casi sin fin todavía vírgenes y el clima tropical del sur, con productos típicos de países afroasiáticos. Considerar a EE.UU. más cerca que Europa de los países del tercer mundo debido a la producción por kilómetro cuadrado nos parece un abuso de estadística (p. 16). El otro fenómeno al cual Moussa da mucha importancia es la influencia que el elemento indio tiene sobre la raza americana, rival de la europea (pp. 20-23). Sin embargo, este último hecho no se halla del todo probado (cf. Gustave Weigel, The Modem God, New York, MacMillan, 1963, pp. 131- 135). Como bien lo insinúa Ernesto Sábato, el elemento negro parece in­fluir más que el indio en los EE.UU. (cf. El escritor y sm fantasmas, Buenos Aires-Madrid, Aguilar, 1964, p. 32). El segundo capítulo narra cómo los Estados del Norte lucharon contra los europeos para promover a pueblos dependientes, aún no desarrollados. Luego, en la medida en que el colonialismo desaparecía, empeoraba paulatinamente la situación moral de EE.UU. frente al tercer mundo. De este fenómeno trata el capítulo tercero: “la dialéctica del anticolonialismo”. La segunda parte del libro pone de relieve las quejas más serias que las naciones proletarias tienen contra los EE.UU.: dominación económica, imperialismo a través de orga­nizaciones internacionales, dramas raciales internos y, últimamente, los su­cesos del Congo y Vietnam. Es interesante la comparación que el autor hace entre la situación de Francia en Argelia y la de EE.UU. en Vietnam. De un protector de las colonias, EE.UU. pasa a ser considerado como potencia colonizadora, aunque bajo otras formas (pp. 35-36); ésta es pre­cisamente la dialéctica del anticolonialismo. Moussa llama “americanorfis- mo” a la pretensión yanqui de aplicar su sistema económico e industrial al mundo subdesarrollado (pp. 64-68). Como base de la misma se identificaproceso de capitalización y la expansión pro­ductiva que una integración económica favorecería. Como instrumentos de apoyo prácticos existen la Alianza para el Progreso, la Asociación Latino­americana de Libre Comercio, el Banco Interamericano de Desarrollo,El desarrollo exige la integración pero ésta también urge, para llevarse a cabo, la transformación de estructuras (cf. Varios, Reformas revoluciona­rias en América Latina, Mensaje, 13 [1963], pp. 480-686). Escrita en es­tilo claro y destinada a lectores de cierta formación, América Latina inte­grada sufre, sin embargo, por su carácter de conferencias, de inevitables repeticiones temáticas. Por esta razón se echa de menos un índice alfa­bético de materias que facilite la lectura. Una ausencia seria es la falta de referencias a las fuentes con respecto a la utilización del material estadístico citado. La obra se completa con un índice de la fecha, lugar y auditorio de las distintas conferencias.etc.Las dificultades planteadas por el incremento de la población y la necesidad de evaluar correctamente los recursos humanos constituyen uno de los aspectos cruciales del planeamiento económico-social. Con el fin de ayudar a tan delicada tarea ha publicado Armand Mattelart, profesor de la Universidad Católica de Chile, un moderno manual de análisis, demo­gráfico -, que por su alta calidad técnica instrumentará en forma adecuada a quienes encaran el desarrollo planificado de América Latina. El Autor ha concebido al manual de tal forma que pueda servir como modelo de in­vestigación demográfica, pues se enfrenta intencionadamente con estadís­ticas de desigual precisión, cuyas insuficiencias enseña a superar. A lo largo de la obra, por razones obvias, se aplica la teoría sobre todo a la situación chilena. Sin embargo, esta especialización nacional no es un obstáculo para el aprendizaje, pues enseñar una disciplina empírica sin campo de aplicación concreto es imposible. Mattelart ha dividido su obra en tres partes: l^ el estado de la población • (pp. 59-281); 2», el mo­vimiento de la población (pp. 283-526), y las estimaciones y proyec- ciones de población (pp. 527-602). Una introducción general proporciona el encuadre necesario para ubicarse en demografía. Cabe señalar largo de su ponderado análisis teórico el Autor :precioso de datos sobre el estado de los instrumentos estadísticos latino­americanos. La documentación en fuentes y bibliografía es técnicamente in-unque a lo nos ofrece un materialj Monual de análisis demográfico. Universidad Católicade Chile, Santiago, 1964, 624 págs. 3 P. Moussa, Les Etats-TJnis et les nations prolétaires, du Seuil, Pa­rís, 1965, 95 págs.— 231230 —trabajo. No basta un caso concreto para formular una teoría del subdesa­rrollo, ni es posible aplicar la economía clásica del progreso a la evolución actual de los países pobres. Estos afrontan situaciones complejas, cuyas opciones posibles no están exentas de compromisos político-sociales. ¿Qué preferir; rentas más altas o seguridad, igual económica o crecimiento? El Estado se halla en la encrucijada de no poder planificar a largo plazo so pena de exigir sacrificios heroicos de la población actual en beneficio de la futura. Situaciones todas estas que deben ser un estímulo para la investi­gación (cf. Léonard H. Janssen, Le développement économique, Justice dans le Monde, 7 [1966/66], 366-396) y un llamado a la fraternidad humana (cf. S.S. Juan XXHI, Ene. “Pacem in terris", n’ 125, Madrid, B.A.C., 1963).Las grandes ciudades constituyen uno de los aspectos más importantes el desarrollo latinoamericano. Quizás por este motivo y bajoa la concepción americana de la empresa privada, en contraposición a la nacionalización, característica en los países jóvenes. El autor sintetiza en este trabajo los hechos en juego, dando algunos elementos de juicio. Con todo, el lector podría juiciosamente pensar que un escritor alemán o inglés hubiera interpretado de manera diversa los mismos datos. La lectura del ensayo hará quizás al lector de un país subdesarrollado más comprensivo para con la política americana; y al americano, le invitará a tomar una actitud más realista y a un cambio de mentalidad (p. 79) respeto de los pueblos jóvenes del tercer mundo.Los interrogantes que plantean las naciones subdesarrolladas ocnstitu- yen uno de los signos del tiempo más característicos, según S.S. Juan XXIII (cf. Ene. “Mater et Magistra”, n’ 167, Madrid, B.A.C., 1962), y son “tal vez el problema mayor de nuestros días” (cf. ibidem). A clarificar la turaleza de este conflicto moderno ha dedicado el profesor H. Myint esfuerzos en una obra destinada a convertirse en un aporte clásico a tan compleja materia^. La línea de fuerza que domina el trabajo busca deli­mitar con precisión donde está “el origen conflictual” del subdesarrollo: no en el desnivel, no en el poco crecimiento, no en la desesperanza de crecimiento inalterable (teoría de W. W. Eostow, The Take-off inte Self- Sustained Growth, en Economic Journal, marzo de 1956), sino más bien en el mecanismo difícil de un relativo desnivel creciente de desarrollo pecto de las naciones más ricas (cf. pp. 9-20). Un país comienza a sentir el subdesarrollo, en sentido técnico, cuando sale del aislamiento y entra en el engranaje del comercio mundial (pp. 21-27). No es siempre la den­sidad demográfica un factor homogéneo en el cuadro (pp. 27-34). Apara encauzarlos auspicios del Centro Nacional para la Investigación Científica (París) el profesor Frédéríc Mauro ha organizado en la Universidad de Toulouse Coloquio Internacional sobre “el problema de las capitales en América Latina”, que tuvo lugar entre el 24 y 27 de febrero de 1964. Las actas de esta reunión han sido integradas en un volumen homónimo =. El enfoque analítico de índole interdisciplinar ha permitido extender el radio de acción de los participantes. Un reparo, sin embargo, debe hacerse al haber aglo­merado, en un encuentro de capitales, ciudades tan dispares como Lima y Buenos Aires o San José de Costa Rica y Río de Janeiro, que representan naciones de una infraestructura urbana y rural muy diferente. Un caso típico de imprecisión sería el trabajo de Jean Tricart sobre “algunas ca­racterísticas generales de las ciudades latinoamericanas” (pp. 36-48). Se­ñalemos, no obstante, la comunicación de Roger Bastide sobre la “etnolo­gía de las capitales latinoamericanas” (pp. 73-82), en la que el tema no ha dificultado la posibilidad de plantear una problemática de conjunto. A Lima (pp. 99-108, 111-129, 138-156, 289-302) lo mismo que a Brasilia (pp. 363-400) se les ha dispensado una atención particular y esto nos lleva la utilidad de este encuentro para los urbanistas peruanos yna-susununres­con­tinuación se analizan detenidamente el efecto y la significación de las ex­portaciones campesinas (pp. 36-49) y de las minas y plantaciones (pp. 61-66). En el primero de estos dos núcleos se observa el crecimiento de la economía monetaria, mientras que en el último caso se atiende en forma paralela al crecimiento de la economía de salarios. El proceso inflacionario vinculado al desarrollo es atribuido principalmente a la independencia netaria de las naciones nuevas (pp. 67-80), aunque este fenómeno no im­porta sólo aspectos negativos. Creemos que esta conclusión habría de mati­zarse mucho más, y precisamente con respecto a la política del Fondo Monetario Internacional (cf. Celso Furtado, Desarrollo y sub-desarrollo, Buenos Aires, Eudeba, 1964, pp. 213-246). El Autor atiende en capítulos sucesivos a la dialéctica población-necesidades del capital (pp. 81-95), al grado de equilibrio en el ritmo de desarrollo (pp. 97-119) y a los proce­dimientos para lograrlo (pp. 121-138), refiriéndose —por último— al co­mercio internacional (pp. 139-154). Las conclusiones de Myint (pp. 155- 171) reflejan en síntesis apretada la metodología y los frutos dea pensar enbrasileños. Por el contrario, la Argentina (con dos sobre ciento dos parti­cipantes) se ha visto representada por un breve estudio de Mariano Za­de los problemas geográficos de Buenos Aires (pp. 192-198),mo-morano acercasin pena ni gloria. Se nos asegura que este convenio ha sido un éxito en el plano humano (p. 16) y lo creemos así, pues muchas veces este es el fruto mayor de tales reuniones. En lo que toca a los resultados que aporta para la investigación, nos parece un grave defecto haber elegido la múl­tiple variedad de una temática de registros indefinibles: todas las capitales e interdisciplinarmente. ¿No hubiera sido mejor escoger una zona homo­génea; por ejemplo, América Central?suLe probléme des capitales en Amérique latine. Recherche Scientifique, París, 1965, 406 págs.^ H. Myint, Economía de los países en desarrollo, Rialp, Madrid 1965, 178 págs.

Desarrollo y problemas conexos

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