El presente trabajo muestra la forma en que una comunidad de práctica puede ser utilizada como un recurso eficaz para dar respuesta a necesidades de gestión del conocimiento y del aprendizaje, mediante acciones colectivas en entornos donde las estructuras tradicionales de trabajo no dan respuesta a los retos planteados. Esta propuesta surge desde un organismo descentralizado del gobierno estatal que busca involucrar a diferentes actores para mejorar la relación que tenemos con el agua