Inmunoedición tumoral y sus aplicaciones terapéuticas

Abstract

La idea de que el sistema inmune puede ejercer control sobre los procesos oncológicos ha sido objeto de debate durante casi un siglo. Data de principios del siglo XX la primera tesis que defendía el rol del sistema inmune en la supresión de tumores. Debió pasar medio siglo para cuando surgiesen líneas de investigación comprometidas con la cuestión que, con altibajos, consolidarían su posición en la comunidad científica con el actual campo de especialización de la Inmuno-Oncología. A día de hoy, reconocemos que el sistema inmunitario juega un importante rol en la prevención del cáncer . Tiene la capacidad de eliminar células neoplásicas, debido a que las células en proceso de degeneración maligna habitualmente expresan conjuntamente ligandos para receptores de células de la inmunidad innata, y antígenos tumorales, que son reconocidos por los linfocitos en la respuesta adaptativa. Esto constituye la hipótesis de la inmunovigilancia. Sin embargo, una de las consignas más desconcertantes, a la par que potentes, del nuevo paradigma de la Inmunología es la dualidad de los resultados derivados de la supervisión inmunológica de los procesos cancerosos. De hecho, el sistema inmune puede facilitar la degeneración neoplásica o modificar la inmunogenicidad de los tumores, como contrapartida a su función preventiva y contenedora sobre el crecimiento tumoral. El descubrimiento de que la inmunidad juega un papel central en la regulación de los eventos neoplásicos ha constituido un hito en la Inmunología. La estrecha relación entre los elementos inmunológicos con las células tumorales y su estroma configura un microambiente tumoral esencial, que en virtud de las cualidades de cada uno de los agentes participantes, determinará la supervivencia o la desaparición de la neoformación El estudio de estos circuitos de relación ha propiciado un interés desmesurado, y enormemente prolífico en materia de investigación, en capitalizar el modelo de la inmunoedición tumoral en nuevos recursos terapéuticos contra el cáncer. La inmunoterapia engloba estrategias pasivas: como la infusión de anticuerpos monoclonales contra dianas específicas (CD20, Her-1, VEGF...), o terapia de linfocitos T adoptivos; estrategias activas: como la vacunación con antígenos asociados a tumores; y la inmunomodulación, que incluye la manipulación de las vías de inhibición de la respuesta inmune donde destacan CTLA-4 y PD-1. Esta última categoría suscita un interés mayor a medida que se describen los mecanismos de evasión tumoral.<br /

    Similar works