Consideraciones sobre el desorden urbano. Una reflexión a partir de dos casos extremos de planificación formal e informal.

Abstract

El concepto del desorden comienza a ser introducido en la disciplina urbanística en 1970, cuando Richard Sennett publica "The Uses of Disorder". El concepto, enmarcado en la crítica al espacio libre introducido por las ideas del urbanismo funcionalista, supuso una revalorización de características de los entornos urbanos como la complejidad, la diversidad o el conflicto. El término fue evolucionando y relacionándose con la “ciudad abierta”, una ciudad que puede crecer y cambiar. Esta idea ha llegado hasta nuestros días, cuando Richard Sennett junto a Pablo Sendra escriben Diseñar el Desorden donde buscan materializar este desorden al espacio público / entorno urbano (urban environment / public space) para conseguir ciudades mas humanas y más duraderas. Este trabajo explora la idea de desorden urbano, sus ventajas y los escenarios de diseño más propicios para su aparición. Sin embargo, como el trabajo discutirá, el desorden puede relacionarse de manera errónea con entornos de desarrollo informal. Por ello, para tratar de averiguar que entornos urbanos son los más propicios para que exista el desorden, este trabajo analiza: 1) las características que definen al desorden y 2) explora dichas características en dos entornos urbanos formalmente diferentes: el barrio de Bijlmermeer, como ejemplo de ciudad formal; y el barrio de Brasiliândia, como ejemplo de ciudad informal. Su análisis permitirá comprobar hasta qué punto los desarrollos formales o informales son capaces de introducir el desorden en el espacio urbano.<br /

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