La producción de estátice en el sur de la Comunidad
Valenciana es de gran relevancia en la floricultura. Se trata de una
especie halotolerante en la que, hoy por hoy, para el manejo de su
fertirrigación se utilizan aguas de baja salinidad en la que se
incorporan elevados contenidos de nutrientes. Tanto el hecho de que
se consigan elevados rendimientos de calidad como el coste menor
que suponen los fertilizantes respecto a los del resto de los insumos de
cultivo, explican que esta práctica se haya establecido. Se sabe, sin
embargo, que el estátice es una planta poco exigente en nutrientes
minerales, por lo que son de suponer elevadas pérdidas de los mismos
por lixiviación, que no son permisibles desde una perspectiva de
sostenibilidad. Minimizar los aportes minerales sin que se produzcan
mermas ni en el rendimiento ni en la calidad de la cosecha es un claro
objetivo a perseguir. El periodo de recolección se inicia a final de
octubre y es continuo hasta final de mayo con variaciones estacionales
de las tasas de producción. Este trabajo se plantea para conocer los
efectos de la reducción en un 50% de los aportes minerales sobre el
rendimiento y la calidad de la cosecha a lo largo del ciclo de cultivo.
Para ello, en un mismo invernadero y a lo largo de todo un ciclo de
cultivo, se ha llevado el seguimiento y comparación de la producción
de tallos florales de dos poblaciones de Limonium sinuatum cv. Duel
Violet, con la misma fecha de plantación. Para cada uno de los
tratamientos, se han determinado semanalmente tanto la cantidad
(número de tallos florales, pesos fresco y seco) como la calidad
(longitud de los tallos, de las panículas, relaciones peso seco vs peso
fresco) de los tallos florales cosechados. Paralelamente, se han
obtenido relaciones de la biomasa producida con respecto a la
radiación interceptada y la integral térmica. No se muestran
diferencias cualitativas entre ambos tratamientos en casi todo el
periodo de cultivo. Cuantitativamente, desde noviembre hasta marzo
las respuestas de los tratamientos son similares, dependiendo el
rendimiento tanto de la radiación interceptada como de la integral
térmica, sin embargo, en primavera, con temperaturas medias elevadas
y fotoperiodos más largos que revierten en mayores tasas de
producción, la menor aportación mineral resulta en un ligero descenso
del rendimiento en unidades totales al final del cultivo, que la planta
compensa aumentando el peso de los tallos florales, y la calidad de los
mismos