Universidad de Zaragoza, Prensas de la Universidad
Abstract
INTRODUCCIÓN: La mejoría en la calidad de vida de la población contribuye a una mayor esperanza de vida. La disminución de la tasa de natalidad origina un envejecimiento poblacional por ello es importante la valoración de los distintos factores que afectan a la morbi-mortalidad y fragilidad.La nutrición, el ejercicio físico y el resto de los factores biopsicosociales establecen una compleja y recíproca interrelación respecto a la capacidad funcional y la calidad de vida de los ancianos.OBJETIVOS: Describir el estado nutricional en una muestra de ancianos independientes no institucionalizados y la relación con los condicionantes biopsicosociales, el grado de actividad física y la valoración de los factores que pueden relacionarse con la fragilidad.METODOLOGÍA: Estudio descriptivo transversal multicéntrico realizado en los Centro de Atención Primaria urbanos de la ciudad de Huesca en personas mayores de 75 años. Tamaño muestral 60 pacientes. Se analizaron variables demográficas, psicosociales, nutricionales, antropométricas y actividad física.RESULTADOSLa edad media de grupo estudiado fue de 81,5 años (DE: 4) (IC95%: 80,5-82,5) con una distribución por género del 51,7%mujeres. Un 56,6% (IC 95%: 43,2-69,4) de los estudiados presentaron debilidad muscular según criterios de Fried de los cuales un 13,3% presentaban sarcopenia (≥ 3 puntos) y un 43,3%presarcopenia (1-2 puntos).La media de ingesta energética tanto para los hombres como para las mujeres fueron valores algo más bajos que los recomendados en función del peso medio. Los déficits más significativos fueron en: calcio (81,6%), el magnesio (56,1%), la vitamina D (96,9%) y la vitamina E (83,3%). La calidad de la dieta, valorada por su densidad de nutrientes, fue significativamente mejor en las mujeres que en los hombres. La ingesta de etanol se ha asociado positivamente con el peso corporal, con la ingesta de azúcar, el % de grasa corporal y con los pliegues cutáneos. No se han encontrado diferencias estadísticamente significativas en la cantidad de METS al día que realizan los hombres y las mujeres. Se observó una relación inversa estadísticamente significativa del grado de actividad física medido en MET-min/14 con la sarcopenia y con el porcentaje de grasa corporal medido a partir de los pliegues cutáneos, el perímetro de cintura y el diámetro abdominal sagital (p CONCLUSIONES1. Se observó una relación estadísticamente significativa entre el riesgo nutricional (cuestionario MNA) y la dependencia para las actividades básicas e instrumentales de la vida diaria, el riesgo de dependencia, la calidad de vida percibida, el estado cognitivo, la situación afectiva y el nivel de ansiedad, de tal forma que un mejor estado nutricional se asocia con un mejor nivel funcional y de bienestar psíquico.2. La “actividad física” evaluada mediante los METS/día o en función de la clasificación de activos o no, se correlaciona negativamente, es decir, a más actividad, menor valor de los siguientes parámetros: IMC, PC, DAS, sarcopenia, el pliegue bicipital, el tricipital, el subescapular, el PB, el % de grasa y el riesgo asociado al PC.3. En este estudio el nivel de ejercicio físico se relacionó de forma inversa con la incapacidad para las actividades básicas e instrumentales de la vida diaria y con el riesgo nutricional obtenido en la escala Determine. 4. A pesar de que la población estudiada no tiene limitaciones en las esferas orgánica, funcional, psíquica y social, un porcentaje importante no realiza suficiente actividad física.5. Estos resultados refuerzan la conveniencia de la evaluación de la actividad física y del estado nutricional en las consultas así como la necesidad de promocionar el ejercicio y la alimentación saludable. 6. De forma global, los factores estudiados relacionados con la fragilidad en esta muestra han mostrado una prevalencia baja de la misma, tal y como han indicado la prevalencia de: sarcopenia, incapacidad para la realización de las actividades básicas de la vida diaria, las actividades instrumentales (Escala de Lawton y Brody), el riesgo de desnutrición mediante los test de screening y la inactividad física.7. La malnutrición entre la población anciana está generalizada y es muy variable en función de los parámetros utilizados, los problemas de salud asociados o el ámbito de la población. En futuros estudios sería conveniente el uso de cribados nutricionales de forma sistemática en centros asistenciales, residencias y hospitales ya que mejoraría mucho la calidad de vida del paciente y facilitaría la comparación entre los resultados para futuros estudios.<br /