Actualmente, la neuroeducación se considera como una herramienta de apoyo en
la labor educativa, especialmente, en la práctica diaria de los docentes con el fin de
conocer y comprender el desarrollo del cerebro y en base a ello aplicar estrategias
de enseñanza adecuadas e interceder en la solución de problemas que aquejen al
grupo infantil. Con la llegada de la pandemia hasta la actualidad, se ha observado
diferentes sesgos en la educación. Los niños del nivel inicial se vieron limitados en
la exploración de situaciones que estimulen sus sentidos y crecimiento; provocando
un retraso en el desarrollo de la motricidad fina. Esto derivó al objetivo de analizar
la importancia de la neuroeducación como herramienta para mejorar la motricidad
fina desde la práctica de los docentes. La investigación fue cualitativa, básica,
fenomenológica y tuvo como instrumento una entrevista semiestructurada, la cual
llevó al análisis de los discursos de los docentes, llegando a la conclusión de que
la neuroeducación promueve aprendizajes efectivos en los estudiantes de la
institución educativa porque permite reconocer las habilidades de los niños y así
saber cómo fomentar sus capacidades de manera adecuada