La muerte de Martín el Humano en mayo de 1410 significó el agravamiento de la crisis dinástica que padecía la Corona de Aragón desde que prácticamente un año antes, el 25 de julio de 1409, hubiese fallecido su hijo, Martín el Joven,
dejando el trono sin heredero. Se iniciaba de este modo un turbulento interregno, de más de dos años de duración, que podemos dividir en tres grandes etapas. La primera de ellas incluye los meses transcurridos entre la muerte de Martín I, el 31 de mayo de 1410, y el asesinato del arzobispo de Za
ragoza, el 1 de junio de 1411; la segunda etapa transcurre entre la convocatoria del Parlamento aragonés en Alcañiz y el traslado del catalán a Tortosa, entre los meses de julio y septiembre de 1411, y la aprobación de la Concordia de Alcañiz, el 15 de febrero de 1412; y la tercera abarca el desarrollo de la reunión de Caspe, desde su inicio, el día 29 de marzo, hasta la proclamación de Fernando I como rey, el 28 de junio de 1412