La carencia mexicana de un proyecto nacional, consistente en el tiempo, ha impedido enriquecer la cultura en algunos aspectos, en especial en la política y la legalidad. Las diferentes direcciones de gobiernos y estrategias para el desarrollo han imposibilitado recurrir a la ley y, por tanto, no se ha generado un ambiente sociopolítico capaz de dar el mensaje a la población, en general, de las bondades para todos de respetar la institución de la ley y acudir a ella para resolver los conflictos. Las diferentes estrategias clausuran leyes establecidas o, peor, los responsables encuentran la manera de burlarlas o minimizar sus efectos no deseados. Así se corrompe el propósito de la ley y se reduce su efectividad. El trabajo presenta seis estampas que dejan ver cómo quienes proceden de manera ilegal o usan la ley para beneficio personal no sufren las consecuencias establecidas en la propia legislación. Ante el repetido y tolerado desacato a esta no hay castigo. Hay impunidad.ITESO, A.C