Tuberculosis ocular

Abstract

La evolución etiológica de la medicina la podemos dividir en dos grandes períodos: período de la sífilis y período de la tuberculosis. El período de la sífilis, gracias a las armas de combate de que hoy disponemos, ocupa un lugar secundario. El período de la tuberculosis y que no es sino el paralelo de la vida moderna, ocupa en vigencia el primer lugar. Es el período presente. Hasta hace poco tiempo el médico en general, iniciaba la exploración de su paciente con un interrogatorio, una inspección, un tacto y una serología con una obsesión sifilítica. En la época actual el médico y en especial el oftalmólogo debe tener una obsesión tuberculosa en la investigación etiológica. Cuántas veces en una afección ocular que de una manera lenta pero progresiva produce profundas alteraciones oculares, lleva el sello soterrado de una tuberculosis? Cuántos enfermos de una constitución en apariencia envidiable hacen precisamente por un exceso de sus defensas una alergia tuberculosa? Tan traicionera como la sífilis es la tuberculosis. La sífilis quema sus etapas y estalla con una hemorragia cerebral, una locura, una parálisis general, una ataxia locomotriz progresiva, una goma o una meningitis sifilítica. La tuberculosis hace su presentación con una afección ocular, una goma, una granulia, una artritis, una osteítis, o una meningitis óptico-quiasmática. Siendo esto así, es necesario, en la mayoría de las afecciones oculares, tratar de identificarla por los medios de diagnóstico de que hoy disponemos

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