La finalidad de cualquier buen medio de cultivo es producir una planta decalidad en el más corto período de tiempo, con los más bajos costes de producción. En adición, la obtención y la eliminación del sustrato, una vez haya sido utilizado, no deberían provocar un impacto medioambiental de importancia. La evaluación agronómica de los sustratos de cultivo pasa por diferentes etapas. En primer lugar, debería procederse a la caracterización de los materiales, determinándose sus propiedades físicas,
físico-químicas, químicas y biológicas. A continuación, dichas propiedades deberían estudiarse críticamente, comparándolas con las del sustrato "ideal". Posteriormente, y en aquellos casos en que las propiedades del material se desvíen significativamente de los valores óptimos recomendados, debería procederse a mejorar, de modo sencillo, dichas propiedades. Finalmente, deberían llevarse a cabo ensayos de crecimiento vegetal: ensayos en semilleros, ensayos en maceta, ensayos en condiciones de hidroponía y ensayos de enraizamiento de estacas. La realización de los ensayos de crecimiento bajo condiciones particulares (aire libre / invernadero, época del año, calidad de las aguas de riego, etc.) exige: 1) seleccionar las especies vegetales a utilizar como planta testigo, 2) diseñar las estrategias de manejo de los sustratos durante el ciclo de cultivo, especialmente los contenedores, el riego y la fertilización, y, 3) evaluar el crecimiento vegetativo y el desarrollo reproductivo mediante el control de los parámetros más adecuados a la hora de estimar la respuesta vegetal. Estos ensayos de crecimiento deberían incluir también
sustratos comerciales como control de referencia
