Para muchos de nosotros, sus compatriotas, la figura del intelectual catalán Ramón Vinyes no tomó cuerpo, paradójicamente, hasta que se encarnó en un personaje literario. La obra y la existencia misma de este poeta, dramaturgo, articulista y maestro de varias generaciones de intelectuales hispanoamericanos, nacido y muerto en Catalunya, había pasado desapercibida para nuestra generación, tan escasamente documentada sobre literatura catalana contemporánea, hasta que un escritor en lengua castellana, un novelista genial al que sí leíamos todos en aquella época y al que admirábamos y seguíamos, lo convirtió en personaje literario. Personaje entrañable de un libro mágico, lleno de seres extrañamente reales, que, a fuerza de serlo, parecían mitológicos: un niño con cola de cerdo, una mujer que ascendía al cielo, un coronel centenario... y un sabio catalán. Me estoy refiriendo, naturalmente, a Cien años de soledad. y a su personaje catalán, que nos sorprendió e intrigó profundamente al leer la obra de García Márquez