Asociación Anestesia y Reanimación España (AnestesiaR)
Abstract
Objective: describe the adherence to lung protective mechanical ventilation recommendations, before and after implementing educational interventions in our postoperative intensive care unit, by conducting three cycles of clinical audit.
Material and methods: longitudinal and descriptive study carried out in a single centre. Data collection took place in three different periods, the first audit was carried out in 2017 and results were obtained from arterial blood samples and mechanical ventilation registry. Ventilation was classified into three categories: unnecessary hyperventilation, acceptable ventilation and optimal ventilation. After the first cycle, several educational interventions were implemented and a lung protective ventilation protocol was created. After the application of these measures, a second audit was carried out in 2018 and another in 2019.
Results: following the implementation of the previous measures, the rate of unnecessary hyperventilation decreased from 15% to 1,9% and the rate of optimal ventilation increased from 2% to 22.9%. There was a significant shift from the initial broad use of pressure-controlled ventilation (66% of registrations in 2017) to a later predominant use of volume-controlled ventilation (89% in 2019).
Conclusions: clinical audit is a useful tool to improve our clinical practice. We have demonstrated an improvement in mechanical ventilation parameters in patients admitted to our postoperative care unit, after implementing some educational and feedback measures.Objetivos: describir la tasa de cumplimiento de las recomendaciones clínicas respecto a la ventilación mecánica protectora en pacientes críticos, obtenida de forma basal y tras la aplicación de diversas medidas educativas mediante la realización de tres ciclos de auditoría clínica.
Material y Métodos: estudio longitudinal y descriptivo realizado en un único centro. La recogida de datos tuvo lugar en tres periodos diferentes, la primera auditoría se realizó en el año 2017 y se tomaron resultados de la gasometría arterial y de todos los parámetros del ventilador. A partir de esos datos, se clasificó el tipo de ventilación en tres grupos: hiperventilación innecesaria, ventilación aceptable y ventilación óptima.
Tras esta primera fase se implementaron varias medidas educativas, como la presentación de sesiones al personal y la elaboración de un protocolo de ventilación mecánica. Tras la aplicación de esas medidas se realizó una segunda auditoría en el año 2018 y otra en 2019.
Resultados: con la aplicación de las medidas descritas, se consiguió disminuir la tasa de hiperventilación innecesaria del 15% al 1,9% y aumentar la tasa de ventilación óptima del 2% al 22.9%. Se observó un cambio significativo en el uso inicial mayoritario de la ventilación controlada por presión (66% de registros en 2017) que se modificó hacia la ventilación controlada por volumen (89% en 2019).
Conclusiones: la auditoría clínica es una herramienta útil para mejorar nuestra práctica clínica. En este caso se demuestra una clara mejoría de la forma de ventilación mecánica en pacientes ingresados en la Unidad de Reanimación