Son muy conocidos los numerosísimos volantes de huso con diferentes formas y diseños que se han encontrado en las tumbas del Quindío, instrumentos que atestiguan una floreciente industria textil. Durante las primeras décadas de la colonia, mantas de algodón figuraban entre los artículos más importantes que tributaban los indios quimbayas a sus encomenderos. En su estudio sobre este grupo, basado en documentos de archivo, Friede (1963, 27) nos informa que estas mantas eran más grandes y tupidas que las del Nuevo Reino, es decir, las que fabricaban, en la Cordillera Oriental, los muiscas y los guanes. El mismo autor comenta que las mantas de los quimbayas eran elaboradas en algodón silvestre, dato sorprendente si tomamos en cuenta lo fácil que es cultivar el algodón donde el clima es adecuado, y el cultivo generalizado de esta planta entre los indígenas, hasta hace unos años, en sus huertas o al pie de sus casas donde botan las semillas cuando están limpiando la fibra.