El mundo empresarial, después de la Segunda Guerra Mundial, pasó de una etapa conocida como de navegación tranquila, a otra de turbulencia e incertidumbre, calificada así por: la intensidad que fueron tomando las competencias, el auge del desarrollo de técnicas de dirección y el surgimiento de procesos estratégicos como forma de crear y asaltar el futuro más que como una continuidad del pasado. El Cuadro de Mando Integral, creado por Robert S. Kaplan y David P. Norton, constituye el desarrollo de los procesos estratégicos a través de la búsqueda de los elementos que los complementan, con bases que le permiten describir y controlar las estrategias. Este cuadro está integrado por cuatro perspectivas: una financiera, una de clientes, una de procesos internos y una de aprendizaje y crecimiento. Dentro de la estructura interna de estas perspectivas se forma una relación causa-efecto que les da un nuevo sentido y una nueva lógica a los procesos de gestión empresarial. El Cuadro de Mando Integral presenta como principal premisa de esta nueva lógica, la necesidad de que los propietarios reciban mayores ingresos producto del capital financiero invertido pero; ese incremento de los ingresos sólo es posible a través de una proposición de valor para los clientes, que se logrará si y sólo si se mejoran los procesos internos mediante el mejoramiento de su personal y sistemas informativos