Se reflexiona sobre el sistema de indicadores que posibilitan el control estratégico de la gestión del desarrollo en un territorio. Se concibe la gestión como un proceso en el cual se articulan la planeación, ejecución y evaluación, buscando la mutua retroalimentación para poder modificar la estrategia según las necesidades. Dentro del sistema de indicadores se identifican dos subconjuntos: indicadores básicos e indicadores conducentes. Los primeros reflejan el objetivo que se desea lograr, constituyen los aspectos críticos que deberán lograrse en la gestión del desarrollo y se corresponderán con las dimensiones de éste. Los segundos son aquellos que permiten anticipar el resultado que se obtendrá, porque se refieren a las causas que posibilitan el cumplimiento del objetivo, permiten anticipar los momentos cruciales por los cuales transitará la economía. La determinación de estos indicadores conducentes es un proceso complejo; por tanto requerirá la utilización de técnicas diversas, tanto de carácter cuantitativo como cualitativo. De un lado están aquellos centrados en la identificación de la probabilidad de ocurrencia de un suceso futuro, entre los cuales están la predicción, el pronóstico, la proyección y la preferencia. De otro lado están aquellos enfoques cuyo centro es lograr el futuro deseable, tales como la prospectiva (estratégica) y la previsión humana y social