La entrada en vigor de la Directiva Marco del Agua en noviembre de 2000 incorporó el enfoque integrado en la gobernanza de los ríos en Europa y obligó a los Estados Miembros a una coordinación conjunta sobre sus cuencas internacionales permitiendo para ello adoptar las estructuras existentes derivadas de acuerdos internacionales. Desde entonces España y Portugal han venido utilizando las estructuras de cooperación del Convenio de Albufeira al objeto de dar cumplimiento tanto a los objetivos de dicha Directiva como al propio Convenio. Nuestro artículo tiene como objetivo analizar la contribución de las estructuras de cooperación del Convenio de Albufeira en el ámbito de la planificación hidrológica y la evaluación ambiental de las cuencas ibéricas con especial atención al caso del Miño a fin de extraer lecciones aprendidas que puedan servir para hacer frente a los retos de la gobernanza integrada de las cuencas ibéricas