El conflicto armado entre España y Marruecos por la isla de Perejil demostró que ni militares ni periodistas españoles, especialmente los segundos, estábamos preparados para tratar informativamente una crisis bélica en la que lo que se dirimía eran intereses territoriales nacionales directos. Por lo mismo, un conflicto de características diferentes a aquellos en los que bajo la forma de operaciones multinacionales habían participado las Fuerzas Armadas españolas en la década anterior y que habían sido cubiertos por los periodistas nacionales. Para unos y para otros, ese fracaso ha sido el resultado de la manera en la que han operado con los factores exógenos y endógenos al corresponsal de guerra, desde el punto de vista del cual se desarrolla este trabajo. A tal conclusión se llega a través del trabajo de campo durante la propia crisis y la investigación hemerográfica y bibliográfica