Facultad de Educación - Universidad de Concepción. Concepción, Chile
Abstract
Este artículo expone, desde una perspectiva educativa, cómo se puede y se debe desarrollar una educación cívico-ética centrada en una moral de mínimos que garantice el reconocimiento de la diversidad de cualquier grupo humano. Desde el enfoque socio-cultural se defiende que una educación en valores tiene sentido por el hecho de que educar, es en sí mismo, valorativo. Igualmente se parte de la idea que la enseñanza y aprendizaje de valores no se puede transmitir únicamente a través de la palabra. Los educadores, además de ponerse de acuerdo respecto a qué valores es preciso trabajar en las instituciones, deben comprender, experimentar y vivir dichos valores. En este sentido, es necesario favorecer un clima educacional participativo más allá de una gestión burocrática que, en ocasiones, impide la innovación y el progreso