La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible aprobada en septiembre del 2015 por la Asamblea General de las Naciones Unidas incluye como uno de sus objetivos el de proteger, restablecer y promover el uso sostenible de los ecosistemas terrestres, gestionar los bosques de forma sostenible, luchar contra la desertificación, detener y revertir la degradación de las tierras y poner freno a la pérdida de la diversidad biológica.En este contexto toma mayor notoriedad el cuido y protección de los suelos siendo estos la principal base para el crecimiento de las plantas, muchas de las cuales sustentan la alimentación de los seres vivos