Within the deep work transformations that have taken place in recent decades, the European labour market has been affected by a process of structural precarisation which has created unprecedented forms of precarious work. Among such, unpaid work is an expression of extreme precarity due to the complete separation between work and wage. For several causes, migrant workers are one of the categories most affected by work casualisation and live a condition of double precarity (work and legal), mainly produced by migration policies. At the same time, immigration is involuntary a test bench for new forms of flexible work.This article examines the link between work casualisation and migration through the analysis of a specific form of unpaid work, i.e. the voluntary work by asylum seekers in Italy - institutionalised as a public policy in 2014. Considered as a mechanism of “public atonement” for the guilt of migration through activities of public interest, the article highlights how it constitutes an extreme form of precarisation of a vulnerable category. In merging elements questioning the unconditionality of the right of asylum and acquaintance with permanent precarity, it creates an unprecedented “grey area” of labour exploitation and cultural inferiorisationEn el marco de las transformaciones del trabajo, el mercado del trabajo europeo ha asistido a un proceso de precarización estructural que ha conllevado formas de trabajo precario inéditas. Entre ellas, el trabajo no remunerado es una expresión de precariedad extrema por su separación total entre prestación y salario. Por distintas causas, los trabajadores migrantes son una de las categorías más afectadas por la precarización y viven una condición de doble precariedad (laboral y legal), causada principalmente por las políticas migratorias. Al mismo tiempo, la inmigración es involuntariamente el laboratorio donde se experimentan nuevas formas de trabajo flexible. Este artículo examina la conexión entre precarización laboral y migración a través del análisis del trabajo voluntario de los solicitantes de asilo en Italia - institucionalizado como política pública en 2014. Interpretado como mecanismo de “expiación pública” de la culpa de la migración a través del trabajo voluntario de utilidad pública, el artículo hace hincapié en el hecho que ese constituye una forma extrema de precarización de una categoría vulnerable. Mezclando elementos que ponen en entredicho la incondicionalidad del derecho al asilo y la socialización hacia la precariedad permanente, pone de manifiesto una “zona gris” de explotación laboral y inferiorización cultural
