Principios Éticos para Amarnos a sí Mismo

Abstract

Según Francisco De Roux nuestro país no construyó una ética civil, pues la moral católica, que recibimos por generaciones, se confundía, identificaba y correspondía con la ética ciudadana. Nuestras manifestaciones públicas, nuestra celebración de las fiestas religiosas era al mismo tiempo la celebración de las cosechas de nuestros campesinos. Y cuando considerábamos nuestro país al "Sagrado Corazón" lo hacíamos con la presencia de las instituciones civiles y militares. En Colombia se identifican tres morales, a saber: La vieja moral católica, reguladora de la sociedad tradicional. La moral capitalista del éxito, individualista, competitiva y acumulativa. La incipiente moral democrática, participativa y pluralista, que está en la base de nuestra Constitución Política de 1991. Antes obramos obedeciendo a la iglesia y a los partidos políticos, y la voz que se escuchaba era igual tanto en la familia como en la escuela. Vivíamos en un país esencialmente rural, en el cual se fueron dando grandes cambios económicos y una modernización a medias que fueron rompiendo las redes de solidaridad tradicionales y construyendo nuevas formas de convivencia ciudadana pero no lo suficientemente sólidas para reconocer al otro como diferente; En este proceso tampoco se fortaleció la Nación-Estado. Todos estos fenómenos unidos a nuestra historia de violencia acumulada fue preparando el camino para que cualquier comportamiento moral fuera permitido, desde la corrupción hasta la generalización de la violencia, el asesinato y la barbarie de las masacres

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