Contextos funerarios en los sitios arqueológicos Sanaí y el Cantarito

Abstract

Las estructuras funerarias en los Cementerios prehispánicos de Sinaí y El Cantarito en el actual municipio de La Tebaida, contenían evidencias de los habitantes de una amplia zona de dominio "Quimbaya"; su forma de organización política y económica fueron los Cacicazgos, sociedades basadas en un sistema de rangos ; lo cual se observa en el ajuar funerario más o menos suntuoso de los enterramientos. Estas sociedades se ubican cronológicamente entre los siglos VI después de Cristo y la época del contacto Español, siglo XVI (d.C,NULL,-1); siendo enterrado un individuo en la estructura funeraria número once del cementerio de Sinaí en el año 580 (d.C). La literatura arqueológica ha denominado a estas sociedades indígenas prehispánicas bajo el nombre de Cacicazgos o Señoríos definición adoptada por una combinación de rasgos sociopolíticos y económicos; generalmente compartían costumbres como las deformaciones corporales, dialectos lingüísticos, una extensión territorial limitada social y geográficamente, una unidad política autónoma con una autoridad permanente de un Jefe, Cacique o Señor y un sistema económico que se basó en la disponibilidad de tierras agrícolas, en la acumulación de la producción y en el comercio e intercambió de bienes. Las investigaciones arqueológicas han contribuido al conocimiento prehistórico de la región; en la actualidad han evidenciando un registro cultural muy diverso, el cual no presenta una homogeneidad o un patrón claro en sus costumbres (incluyendo las funerarias), sino que se hallan por el contrario, testimonios de contactos culturales en los cuales sobresalen las diferenciaciones étnicas al interior de los grupos, motivados quizá, por migraciones poblacionales, intercambios, una economía urbana, etc. Por esta razón, se ha cuestionado la concepción de un área cultural denominada "Quimbaya". Como consideraciones finales podemos destacar varios aspectos: En primer lugar es importante resaltar la heterogeneidad de la cultura material recuperada al interior de los cementerios. Cada una de las estructuras funerarias presenta diferencias en relación al tipo de entierro, el ajuar funerario, los espacios arquitectónicos y rastros dejados por los rituales practicados durante las ceremonias fúnebres; contraste que lleva a pensar en la intencionalidad de diferenciarse dentro de la población. En este sentido, es interesante caracterizar a los dos cementerios, Sinaí y El Cantarito, como lugares donde se enterraban a los individuos con las pertenencias que tenían en vida y con aquellas que los personificaba

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