262 research outputs found
What Do International Tests Really Show About U.S. Student Performance?
Evidence-based policy has been a goal of American education policymakers for at least two decades. School reformers seek data about student knowledge and skills, hoping to use this information to improve schools. One category of such evidence, international test results, has seemingly permitted comparisons of student performance in the United States with that in other countries. Such comparisons have frequently been interpreted to show that American students perform poorly when compared to students internationally. From this, reformers conclude that U.S. public education is failing and that its failure imperils America's ability to compete with other nations economically.This report, however, shows that such inferences are too glib. Comparative student performance on international tests should be interpreted with much greater care than policymakers typically give it
La búsqueda de la igualdad a través de las políticas educativas: alcances y límites
Este artículo examina el papel de la educación en la reducción de la desigualdad social y económica. Aunque la relación positiva entre el nivel educativo de un individuo y su sueldo sugiere que la igualación del acceso a educación resultará en una distribución económica más semejante, estructuras sociales y económicas muy desiguales pueden disminuir el poder del sistema educacional para aumentar la igualdad. Dos puntos claves emergen de este discurso: (1) La única manera de reducir la desigualdad social y económica es seguir políticas que igualen con eficacia la distribución de recursos y riquezas en la sociedad y (2) la calidad de la educación y el acceso a la misma puede tener un efecto significativo sobre la desigualdad económica y social.
El autor examina varias reformas educativas y cómo éstas pueden o no contribuir a una mayor igualdad en la distribución de la educación y, por tanto, a una mayor igualdad económica y social. Las reformas menos eficaces incluyen reformas “estructurales” como la descentralización y la privatización. Reformas para mejorar la calidad de los profesores—como aumentar las horas que los profesores enseñan, igualar la distribución de la calidad de los profesores, y aumentar la capacidad de los profesores—han demostrado conseguir mayor igualdad educacional. Aunque estas reformas son más costosas y políticamente más difíciles que otras que se han implementado durante los últimos veinte años, representan la mejor oportunidad para hacer que la educación aumente la igualdad social y económica
La recerca de la igualtat a través de les polítiques educatives: abast i límits
Este artículo examina el papel de la educación en la reducción de la desigualdad social y económica. Aunque la relación positiva entre el nivel educativo de un individuo y su sueldo sugiere que la igualación del acceso a educación resultará en una distribución económica más semejante, estructuras sociales y económicas muy desiguales pueden disminuir el poder del sistema educativo para aumentar la igualdad. Dos puntos claves emergen de este discurso: (1) La única manera de reducir la desigualdad social y económica es seguir políticas que igualen con eficacia la distribución de recursos y riquezas en la sociedad y (2) la calidad de la educación y el acceso a la misma puede tener un efecto significativo sobre la desigualdad económica y social. El autor examina varias reformas educativas y cómo éstas pueden o no contribuir a una mayor igualdad en la distribución de la educación y, por tanto, a una mayor igualdad económica y social. Las reformas menos eficaces incluyen reformas “estructurales” como la descentralización y la privatización. Reformas para mejorar la calidad de los profesores, como aumentar las horas que los profesores enseñan, igualar la distribución de la calidad de los profesores, y aumentar la capacidad de los profesores, han demostrado conseguir mayor igualdad educativa. Aunque estas reformas son más costosas y políticamente más difíciles que otras que se han implementado durante los últimos veinte años, representan la mejor oportunidad para hacer que la educación aumente la igualdad social y económica.
___________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
Cet article examine le rôle de l’enseignement dans la réduction des inégalités sociales et économiques. Bien que le rapport positif entre le niveau éducatif d’un individu et son salaire suggère que le nivellement de l’accès à l’enseignement aura pour résultat une distribution économique plus égalitaire, des structures sociales et économiques très inégales peuvent diminuer le rôle du système éducatif pour augmenter l’égalité. Deux points-clés émergent de ce discours : (1) la seule manière de réduire les inégalités sociales et économiques est de poursuivre des politiques qui égalisent de manière efficace la distribution des ressources et des richesses dans la société ; et (2) la qualité de l’enseignement et l’accès à celui-ci peuvent avoir un effet significatif sur les inégalités économiques et sociales. L’auteur examine diverses réformes éducatives ainsi que la manière dont celles-ci peuvent ou non contribuer à une plus grande égalité dans la distribution de l’enseignement et, par conséquent, à une plus grande égalité économique et sociale. Les réformes moins efficaces comprennent les réformes « structurelles » telles que la décentralisation et la privatisation. Les réformes pour améliorer la qualité des professeurs, comme augmenter le nombre d’heures qu’ils effectuent, niveler la distribution de la qualité de ceuxci, et augmenter leur capacité, ont montré qu’elles permettent d’obtenir une meilleure égalité éducative. Bien que ces réformes soient plus coûteuses et politiquement plus difficiles que d’autres qui ont été mises en oeuvre au cours de ces vingt dernières années, elles représentent une plus grande chance pour faire en sorte que l’enseignement fasse augmenter l’égalité sociale et économique.This article examines the role of education in reducing social and economic inequality. Despite the positive relationship between an individual’s level of education and his/her salary - suggesting that equal access to education would ensure a more equitable distribution of wealth - social and economic structures which promote inequality can counteract the efforts of the education system in this regard. Two key points emerge from this argument: (1) the only way to reduce social and economic inequality is to pursue policies which foster the equal distribution of resources and wealth in society; and (2) access to quality education can have a significant impact on social and economic inequality. The author examines a number of educational reforms in terms of their contribution to increasing equality both within education itself, and in the economic and social arena. The least effective reforms include those of a ‘structural’ nature, such as decentralization and privatization. Measures which focus on improving the quality of teaching – such as increasing the number of hours taught by individual teachers, ensuring an equal distribution of quality teachers, and developing teaching skills – are shown to produce greater educational equality. While such reforms are more costly and politically more difficult than many which have been implemented in the last twenty years, they still represent the best opportunity for education to encourage social and economic equality.Este artículo examina el papel de la educación en la reducción de la desigualdad social y económica. Aunque la relación positiva entre el nivel educativo de un individuo y su sueldo sugiere que la igualación del acceso a educación resultará en una distribución económica más semejante, estructuras sociales y económicas muy desiguales pueden disminuir el poder del sistema educativo para aumentar la igualdad. Dos puntos claves emergen de este discurso: (1) La única manera de reducir la desigualdad social y económica es seguir políticas que igualen con eficacia la distribución de recursos y riquezas en la sociedad y (2) la calidad de la educación y el acceso a la misma puede tener un efecto significativo sobre la desigualdad económica y social. El autor examina varias reformas educativas y cómo éstas pueden o no contribuir a una mayor igualdad en la distribución de la educación y, por tanto, a una mayor igualdad económica y social. Las reformas menos eficaces incluyen reformas “estructurales” como la descentralización y la privatización. Reformas para mejorar la calidad de los profesores, como aumentar las horas que los profesores enseñan, igualar la distribución de la calidad de los profesores, y aumentar la capacidad de los profesores, han demostrado conseguir mayor igualdad educativa. Aunque estas reformas son más costosas y políticamente más difíciles que otras que se han implementado durante los últimos veinte años, representan la mejor oportunidad para hacer que la educación aumente la igualdad social y económica
Student Life
Reflections on Election
Recommended from our members
NEPC Review: Evaluation of the DC Opportunity Scholarship Program: Impacts After Three Years
The third-year evaluation of the federally funded Washington, D.C. voucher program shows that low-income students offered vouchers in the first two years of the program had modestly higher reading scores after three years but showed no significant difference in mathematics. The authors, however, interpret the results in ways that raise questions, given some of their own findings. The report downplays the implications of the subgroup results showing that higher reading scores for those offered vouchers were concentrated in among certain groups of students. Further, some of the most interesting results of the study were related to student choice behavior rather than increases in test scores. The report could have done far better in analyzing the results of the experiment by presenting them in a more nuanced fashion and by discussing the possibility of varied effects with different populations and in different contexts.</p
Recommended from our members
NEPC Review: Middle Class or Middle of the Pack: What Can We Learn When Benchmarking U.S. Schools Against the World's Best?
In Middle Class or Middle of the Pack: What Can We Learn When Benchmarking U.S. Schools Against the World’s Best?, America Achieves draws attention to what the group describes as the relatively low achievement of U.S. middle class students on the mathematics and science portions of the 2009 Program of International Student Assessment (PISA) test and, based on this “wake up call to America’s middle class,” urges U.S. high schools to participate in a new OECD test so schools can compare their 15 year-old students’ performance with the average performance of 15 year-old students in other countries. The message American Achieves promotes is that such comparisons are valid and can help improve high school performance. The report does not provide evidence supporting this message; nor do PISA reports nor the broader literature on school reform. Overall, the report is not grounded in research but rather is an assertion that measurement, by itself, is an effective reform tool. The report makes no attempt to reveal how this particular test would be connected to specific curricula, strategies for teaching mathematics and science, or teacher professional development strategies. Thus, the report is of no utility to policymakers.</p
Recommended from our members
International Test Score Comparisons and Educational Policy: A Review of the Critiques
Stanford education professor Martin Carnoy examines four main critiques of how international tests results are used in policymaking. Of particular interest are critiques of the policy analyses published by the Program for International Student Assessment (PISA).
Using average PISA scores as a comparative measure of student achievement is misleading for a number of reasons, Carnoy maintains:
Students in different countries have different levels of family academic resources;
The larger gains reported on the TIMSS, which is adjusted for different levels of family academic resources, raise questions about the validity of the PISA results when used for international comparisons.
PISA test score error terms are “considerably larger” than the testing agencies acknowledge, making the country rankings unstable.
The Shanghai educational system is held up as a model for the rest of the world on the basis of non-representative data.
Of further concern is the conflict of interest arising from the Organization for Economic Cooperation and Development (which administers the PISA) and its member governments acting as a testing agency while simultaneously serving as data analyst and interpreter of results for policy purposes.
Carnoy considers the critiques within a discussion of the underlying social meaning and education policy value of international comparisons in general. He describes why using average national math scores as predictors of future economic growth is problematic, and points out that using scoring data in this manner has limited use for establishing education policy because causal inferences can not be meaningfully drawn.
Finally, Carnoy explores the relevance of nation-level test score comparisons among countries such as the United States with diverse and complex education systems. The differences between states in the U.S. are, for example, so large that employing U.S. state-level test results over time to examine the impact of education policies would be more useful and interesting than using combined U.S. data.
Despite valid critiques of international test result comparisons, Carnoy argues that the comparisons will neither go away nor stop being inappropriately used to shape educational policy. He concludes with five policy recommendations to reduce the misuse of testing data
Do Higher State Test Scores in Texas Make for Better High School Outcomes?
Making schools accountable through state testing was the pre-eminent educational reform of the 1990s. Thirty-nine states now administer some form of performance-based assessment, 24 states attach stakes to their tests, and 40 states use test scores for school accountability purposes (Stecher and Barron, 1999). Proponents argue that using student scores on curriculum-based tests as a measure of school effectiveness encourages teachers to teach the curriculum. The test results set a minimum standard by which schools can be judged; they quantify school quality in a way that parents and politicians can easily understand. By setting student improvement goals for schools, states can motivate school personnel to reach continuously higher, while also identifying those schools that are unwilling or unable to meet the prescribed goals. Indeed, some analyses of national test results suggest that those states, such as North Carolina and Texas, that implemented standards and testing to standards in the early 1990s, showed large, positive gains in mathematics between 1992 and 1996 (Grissmer and Flanagan, 1998). Other analyses show that low-performing schools made significantly larger gains than higherperforming schools in states with strong accountability systems, although it is difficult to attribute causal effects. (For a summary of recent studies, see Carnoy, 2001). However, many disagree with these positive analyses of the new accountability systems. Critics argue that such testing does not promote real improvement in student learning
¿Tiene efectos la responsabilidad externa en los indicadores educacionales de los alumnos Un analisis entre los estados de los EE.UU.
El artículo evalúa el impacto que las políticas nacionales de implementación de sistemas de evaluación del desempeño de los estudiantes de bachillerato tiene en los diferentes estados que componen los Estados Unidos. A partir de los resultados del estudio, se ofrecen orientaciones sobre la factibilidad de este tipo de evaluaciones a la hora de introducir mejoras en el sistema educativo, siempre y cuando se tengan en consideración las variaciones en su impacto de acuerdo al tipo de poblaciones de que se trata
¿Tiene efectos la responsabilidad externa en los indicadores educacionales de los alumnos? Un análisis entre los estados de los EE.UU
El artículo evalúa el impacto que las políticas nacionales de implementación de sistemas de evaluación del desempeño de los estudiantes de bachillerato tiene en los diferentes estados que componen los Estados Unidos. A partir de los resultados del estudio, se ofrecen orientaciones sobre la factibilidad de este tipo de evaluaciones a la hora de introducir mejoras en el sistema educativo, siempre y cuando se tengan en consideración las variaciones en su impacto de acuerdo al tipo de poblaciones de que se trata
- …