2 research outputs found

    Nutrición parenteral domiciliaria en niños en un hospital terciario entre los años 1993 y 2009 Home parenteral nutrition in infants and children in a tertiary level hospital between 1993 and 2009

    No full text
    La nutrición parenteral domiciliaria (NPD) constituye la piedra angular en el tratamiento del fracaso intestinal permanente o transitorio en pediatría. Su empleo no está exento de complicaciones. Revisamos la experiencia de nuestro programa desde su inicio en 1993. Pacientes y métodos: Estudio longitudinal retrospectivo de las historias clínicas de los 25 niños (11 niños, y 14 niñas) que recibieron NPD en ese periodo. Cuando un paciente recibió NPD en periodos separados más de 3 meses del anterior se consideró un episodio diferente, por lo que el número total de episodios fue de 32. Los datos cuantitativos se recogieron como media o mediana y los cualitativos como frecuencia. Se recogieron las tasas de complicaciones por cada 1.000 días de NPD. Resultados: 16 pacientes comenzaron NPD antes del año de edad. La duración total de la NPD fue de 9.986 días, con una mediana de duración de 174 días con un rango de 7 a 2.444 días. La indicación principal fue síndrome de intestino corto en 6 casos, trastornos de la motilidad en otros 6, diarrea crónica en 5 casos, malnutrición en 3 casos y 5 de los casos respondían a otras causas. Se utilizaron un total de 47 catéteres, con una duración media de 212,5 días, mediana de 120 días (rango: 7 a 930). Mayoritariamente el catéter venoso empleado fue un catéter tunelizado (n = 42), seguido de un reservorio en 3 casos y en 2 casos un catéter venoso central de abordaje periférico (PICC). La tasa de complicaciones para 1000 días de NPD fue la siguiente: 3,4 para las infecciones relacionadas con el catéter; de 0,1 para las obstrucciones; 0,9 para las roturas y 0,1 extracciones accidentales. Los gérmenes más frecuentes en las infecciones relacionadas con el catéter fueron los Staphylococcus coagulasa negativo (47%), seguido de las bacterias Gram negativas (21%), Staphylococcus aureus (15%), hongos (9%) y otros en un 9%. Presentaron afectación hepática importante 4 pacientes. En cuanto a la evolución: 21 pacientes pudieron prescindir de la NP por conseguir adaptación intestinal, 3 pacientes fallecieron mientras estaban en el programa a causa de su enfermedad de base, 2 recibieron un trasplante intestinal y 5 continúan actualmente con NPD. Conclusiones: Cada año se incorporan dos pacientes nuevos al programa de NPD. En el 65% de los casos se pudo suspender la NPD por adaptación intestinal. Las complicaciones infecciosas relacionadas con el catéter fueron las más frecuentes (3,4 infecciones por cada 1.000 días de NPD). La duración mediana de la NPD fue de 174 días, y algo menor para los catéteres (120 días).Home parenteral nutrition (HPN) has a key role in the management of permanent or transient intestinal failure in the pediatric patient. Although its use is not without complications. We review our experience since the beginning of the program in 1993. Patients and methods: Longitudinal and retrospective study of the clinical records from 25 infants and children (11 boys, 14 girls) who received HPN in this period. If a patient received HPN in periods separated more than 3 months we consider a different episode. In this way, 32 episodes were described. Quantitative data are presented as mean or median and qualitative as frequency. Complications are presented as complication rate per 1,000 days of HPN. Results: 16 patients started HPN younger than 1 year. Total length of HPN was 9,986 days, median 174 days (range 7 to 2,444 days). Main indication was short bowel syndrome (n = 6); motility disorders (n = 6); chronic diarrhea (n = 5), malnutrition (n = 3) and other causes (n = 5). 47 catheters were used; mean length 212.5 days, median 120 days (range: 7 to 930). Most of central venous catheters were tunnelled catheters (n = 42); subcutaneous ports (n=3) and in two cases periferically inserted central catheters (PICCS). Complication rate per 1,000 days of HPN was: 3.4 for catheter-related infections, 0.1 for obstruction; 0.9 for leakage, and 0.1 for accidental removal. Most common microorganisms were Staphylococcus coagulase negative (47%), Gram negative bacteria (21%), Staphylococcus aureus (15%), fungi (9%) and others in 9%. Parenteral nutrition-associated liver disease was present in 4 patients. 21 patients were weaned off HPN, 3 patients deceased because of underlying disease, 2 patients underwent intestinal transplantation, while 5 patients continue in the program. Conclusions: Every year two new patients enter in the program. 65% of patients were weaned off HPN. Infectious complications were the most frequent (rate 3.4 infections per 1,000 days of HPN). Mean length of HPN was 174 days, and 120 days for catheters

    Influencia de la nutrición y del entorno social en la maduración ósea del niño The influence of nutrition and social environment on the bone maturation of children

    No full text
    El crecimiento de los niños representa un indicador muy sensible para valorar su estado de salud. Cualquier desviación de los parámetros normales constituye una alarma sobre la posible existencia de algún trastorno, ya sea congénito o adquirido. El conocer con precisión cual es la edad ósea de los niños durante el periodo de crecimiento constituye un dato útil en múltiples situaciones. Desde el punto de vista clínico es una herramienta diagnóstica con posibilidad de monitorizar los efectos del tratamiento, en caso de desviaciones de la normalidad. Es por ello que se debe de profundizar en el conocimiento de los métodos usados y establecer revisiones periódicas que certifiquen su validez. En la actualidad, los métodos radiológicos más frecuentemente empleados en la medida o cálculo de la edad ósea de los niños de nuestro entorno fueron diseñados a mediados del siglo XX basándose en las radiografías de niños de otros países. Sería, pues, interesante conocer si los cambios sociales, económicos, nutricionales y sanitarios han influido en el crecimiento y desarrollo de los niños españoles de una forma significativa, restando validez a los métodos tradicionales de determinación de la edad ósea. Este estudio partió de una hipótesis principal que afirma que el entorno del niño tiene una influencia significativa en la concordancia de la edad ósea con la edad cronológica. Siendo nuestro objetivo estudiar la posible relación entre la alimentación y el desarrollo óseo. Por tanto, el diseño que de una forma más rápida podía testar esta afirmación era indudablemente un estudio transversal o de prevalencia, que determinase el porcentaje de niños que presentaban una edad cronológica concordante con la edad ósea. El trabajo es realizado en el Centro de Rehabilitación y Traumatología de Granada, perteneciente al Hospital Universitario Virgen de las Nieves. Para ello aprovechamos la consulta al Servicio de Urgencias de niños y adolescentes, por traumatismos banales. El tamaño de muestra se ha adaptado a las hipótesis principales del trabajo, el total de los pacientes incluidos fue de 100, por lo que se supera con creces los casos necesarios para testar la validez del estudio en particular. Para determinar la concordancia con la edad ósea con las distintas variables se ha realizado un estudio analítico en el que se incluye, análisis univariante, bivariante y multivariante, con los distintos test que caracterizan a cada uno de ellos. Hemos encontrado que los niños con edad ósea atrasada toman menos pan que los niños con edad ósea adelantada. Sería preciso determinar si la edad ósea y la masa ósea tienen valores inversamente relacionados para saber si estos datos pueden ser concordantes. Sólo se ha podido determinar que actualmente la maduración ósea precoz se suele asociar con el crecimiento rápido. Es probable que los niños que toman más pan tengan una edad ósea adelantada, un crecimiento más rápido y la masa ósea disminuida. En este trabajo, los resultados han de considerarse preliminares a causa del tamaño de la muestra. En el futuro, nuestra investigación sobre la influencia de la nutrición deberá incluir un estudio longitudinal.Child growth constitutes a very sensitive indicator for the assessment of their health state. Any deviation from standard parameters could entail the appearance of any congenital or acquired disorder. Identifying with precision children's bone age during their growth period can be very useful in different situations. From a clinical point of view, it is a tool for diagnosis, which can offer the possibility of monitoring treatment effects in the case of standard deviations. This is why we need to study in depth current methods and carry out regular controls that insure their reliability. Currently, the most frequent radiological methods in our country for the determination of children's bone age were designed in the middle of the 20th century on the basis of X-rays performed on children from other countries. Thus, it would be interesting to find out whether social, economic, nutritional and health changes in Spain have influenced child growth and development in a significant way. Hence it would invalidate traditional methods for the determination of bone age. This study came from a main hypothesis: the child's environment significantly influences the concordance of bone age and chronological age. Our aim was to study a possible relationship between nutrition and bone development. Thus, the fastest way of testing this hypothesis was to implement a cross-sectional prevalence study in order to determine the percentage of children showing a chronological age concording with bone age. The study was entirely carried out in the Traumatology Hospital of Granada, which belongs to the University Hospital Virgen de las Nieves. We used the information provided by the Emergency Department about slight traumatisms. The cross-section sample was adapted to our main hypothesis. The overall number of patients was 100, which exceeds the necessary cases to test the reliability of this particular study. On the other hand, in order to determine the concordance of bone age and its different variables, an analitical study was also carried out, which includes: an univariant analysis, a bivariate analysis and a multivariate analysis, with the various tests they usually include. We found out that children showing a delayed bone age eat less bread than those showing an advanced bone age. It would be necessary to determine whether bone age and bone mass have inversely related values before considering it as concordant information. We could only determine that, currently, advanced bone maturation is usually associated with rapid growth. It is possible that children who eat more bread actually show an advanced bone age, a more rapid growth and a reduced bone mass. However, in this study, the outcomes must be considered just as preliminar, due to the size of the cross-section sample. Our research on the influence of nutrition should also include a further longitudinal study
    corecore